Lo que no te cuentan del Postparto

Por fin tienes a tu bebé contigo después de cuarenta semanas de embarazo. Durante mucho tiempo te has estado preparando para el momento del parto. Sabías dónde tenías que ir, qué hacer en cada momento y te habían hablado tanto de ello que estabas preparada. Pero,  ¿qué pasa con el postparto? ¿Te han hablado de ese momento? Vamos a hablar de ello en el blog de hoy. ¡No te lo pierdas!

El postparto

Socialmente parece que hay que aceptar que todo lo relacionado con el embarazo y el postparto es un camino maravilloso y feliz pero bien sabemos que no es esa la realidad. El periodo del postparto es largo y no es sencillo. Por ello, es muy importante hablar sobre el tema. Con la felicidad de la llegada de tu bebé, parece que todo lo demás ha pasado a un segundo plano, pero, ¿qué pasa contigo?

Postparto inmediato en el hospital y cuarentena. 

La cuarentena es el periodo que va desde el momento en el que das a luz hasta los cuarenta días más o menos.  Se trata de una proceso fisiológico, en el que se producen cambios en muchos niveles. El útero va volviendo a su tamaño y posición, se elimina más cantidad de agua, se suele perder peso, el sistema circulatorio va volviendo a su ser, la tripa va bajando…

¿Qué pasa durante este periodo?

Dolor y cansancio. 

Después del parto, y dependiendo de cómo haya sido, el tiempo que haya durado, si ha habido que coser, si ha sido una cesárea, etc. Es posible que sientas dolor y cansancio. Si es así, déjate ayudar por tu pareja y por el personal del hospital y pide algún analgésico si lo necesitas. Trata de descansar si no quieres visitas, di NO. Quien bien te quiera, te respetara ese espacio que necesitas. 

Entuertos.

Cuando pensabas que las contracciones ya se habían acabado, llegaron los entuertos. Los entuertos son contracciones uterinas que suelen aparecer en la primeras 24-48 horas tras el parto y que sirven para que el útero vuelva a su estado natural. La posición y el tamaño del útero previos al embarazo se recuperan entre veinte y cuarenta días después del parto. 

Loquios.

Los loquios son sangrados vaginales. Después del parto y del desprendimiento de la placenta, se rompen unas venitas de la capa interna del útero y la sangre sale junto con moco y tejido placentario generando los loquios. Estos pueden durar entre una semana y un mes tras el parto.

Problemas con la lactancia.

Si decides dar el pecho a tu bebé debes saber que puede no ser un camino fácil. Es posible que al inicio la leche tarde en subir, o te puedes encontrar en situaciones tales como que tu bebé no coja bien el pecho, grietas en el pezón o una mastitis, entre otras. No desesperes, busca ayuda y seguro que todo mejora. 

Cambio en tu cuerpo

¿Cómo puede ser? ¡Sigo teniendo tripa de embarazada! Después de dar a luz, tu tripa no es la misma de antes. Sigue teniendo bastante volumen, pero no te preocupes, es normal, poco a poco, cuando el útero vaya volviendo a su posición y tamaño original y tu abdomen empiece a tener más fuerza, la tripa irá bajando. 

Heridas y cicatrices 

Es posible que después del parto te hayan quedado cicatrices, bien sea por una cesárea, una episiotomía o un desgarro (¡No todo el mundo tiene!). Durante la cuarentena las heridas tienen que cerrarse bien, tienen que cicatrizar por fuera y por dentro. Es posible que te molesten, te piquen, notes tirantez o incluso te duelan. Los primeros días tendrás que curarte, si te da cosa, pide ayuda, y si piensas que algo no va bien o te molesta más de lo normal ve a que le echen un vistazo. 

Cansancio, cambios de humor y proceso de adaptación 

Hay un desbarajuste emocional que te hace reír y llorar a partes iguales y sin motivo aparente. Aparecen los miedos y las dudas ¿seré capaz? ¿sabré hacerlo bien?. El cansancio se acumula, pasas las 24 horas del día con tu bebé, ¿por qué llora? ¿qué le pasa?. Ahora todo es nuevo, tu bebé y tú estáis en proceso de conoceros. Es un momento de adaptación para todos. Respira, trata de buscar huecos para descansar, apóyate en tu pareja o en tu familia y pide ayuda si lo necesitas. 

Y después de la cuarentena… ¿Qué pasa? 

Lo primero que debes saber es que si tienes el “okey” por parte de tu matrón/a o tu ginecóloga/o puedes pasar por el fisioterapeuta de suelo pélvico para hacerte una valoración. ¡Cuánto antes empieces a cuidarte mejor! Y además es muy importante que tú estés bien para poder cuidar a tu bebé.

Cicatrices

A veces, cuando ya han cicatrizado las heridas, puedo seguir teniendo dolor. Las cicatrices pueden generar adherencias de unos planos con otros, son una zona menos elástica y menos móvil. Si este es tu caso, acude a un fisioterapeuta especialista y trátate esa cicatriz. 

Dolor de espalda

Coger a tu bebé mucho tiempo, malas posiciones, dar el pecho, o el biberón o dormir poco pueden hacer que el dolor de espalda aparezca en tu vida. Trabajar la postura es muy importante.

Relaciones sexuales 

Retomar la actividad sexual no es fácil por muchos motivos. La falta de sueño y el cansancio, miedo a tocar esa zona de nuevo, libido por los suelos, etc. Todo ello puede hacer que no tengas ganas. Pero no te preocupes, todo irá volviendo a su lugar y tu pareja y tú encontrareis el momento. Hace poco os hice un blog hablando sobre las relaciones sexuales en el postparto donde os hablé de manera extensa del tema. ¡Es muy interesante!.

Periodo de aceptación 

Tu cuerpo no es el mismo, tu figura cambia y hay que aceptar tu cuerpo en este momento. Irá cambiando con el paso de los meses y si lo trabajas, mejor. Pero no quieras correr, el postparto es un periodo largo y se considera que una mujer “recupera su cuerpo” durante un año desde el momento del parto, así que paciencia. 

Deporte

¿Cuándo puedo volver a hacer deporte? La vuelta al deporte depende de muchos factores. Lo más recomendable es que sea una vuelta progresiva, de menos a más. Lo ideal es hablar con tu fisioterapeuta, te aconsejará sobre lo que puedes y no puedes hacer según lo visto en la valoración y en el tratamiento si es que ha sido necesario. 

Como ya hemos dicho, el periodo del postparto es un periodo largo y difícil y por ello, se debería hablar mucho más del tema. ¡Espero que este blog os haya servido y os haya gustado! Si es así, compartidlo por favor. 

¡Muchas gracias por leer!

Relaciones sexuales y Postparto

¿Cuándo puedo retomarlas?

Esto es una duda muy presente después del parto. ¿Cuándo puedo volver a tener relaciones? ¿Qué le pasa a mi suelo pélvico después del parto? ¿Va a ser igual que antes? ¡Vamos a resolver todas estas dudas! ¡No te lo pierdas!

Puede parecer que en un postparto reciente retomar la actividad sexual sea una preocupación menor, y seguramente así es. Pero con el tiempo, pueden surgir miedos, falta de libido o cansancio y esa preocupación menor, puede convertirse en un problema que afecta a la vida sexual y sentimental de la pareja. ¿A ti te ha pasado?

Parto y Suelo Pélvico 

A lo largo de todo el embarazo, se producen muchos cambios fisiológicos y anatómicos. El parto y cómo haya sido o la cesárea, también afectan al cuerpo de la madre. Y por supuesto, la llegada del bebé supone una cantidad de cambios a todos lo niveles de la vida a los que hay que irse adaptando con tiempo y paciencia. 

Durante el parto toda la musculatura, ligamentos y articulaciones del periné, sufren una gran distensión para que la cabeza del bebé pueda descender por el canal del parto y salir por el orificio vaginal.

En la fase del expulsivo del parto, se van produciendo contracciones y la madre va pujando para sacar al bebé. La musculatura se va distendiendo y puede ocurrir que en la salida se produzca algún desgarro o tengan que hacer una episiotomía (por uso de instrumental, etc.). Si esto ocurre (no siempre es así, hay muchas mujeres que consiguen mantener un periné íntegro), tendremos una herida en el periné que debe cicatrizar correctamente. 

Lo mismo pasa con los partos por cesárea, estos dejan una cicatriz importante que debemos cuidar con mucho mimo. 

Nuestra experiencia de parto, el tiempo que necesitemos de recuperación de nuestro cuerpo y de adaptación a nuestra nueva situación, serán determinantes para ir retomando nuestra actividad sexual. 

¿Cuándo puedo retomar las relaciones sexuales?

La respuesta a esta pregunta no es única. Normalmente la recomendación para volver a retomar relaciones sexuales con penetración es pasada la cuarentena o incluso un poco antes, a partir de las 4-6 semanas de post-parto. Durante las primeras semanas el cuerpo necesita volver a su ser. Es posible que si ha habido puntos en el periné, una cesárea o el sangrado (los loquios) se alarga en el tiempo, debamos esperar un poquito más.  

Normalmente, pasados los cuarenta días nos hacen una revisión ginecológica para asegurar que todo está en su sitio y que nos estamos recuperando correctamente. Así que, si todo está en orden, nos dan luz verde para recuperar nuestra vida sexual. 

También es cierto, que existen muchos tipos de relaciones sexuales y no hay que pensar solo en la penetración. Hay otras formas de sexo, como el sexo oral o la masturbación que pueden ser grandes aliados a la hora de ir retomando esa actividad.

¿Qué dificultades me puedo encontrar de cara a volver a tener relaciones sexuales?

  • Falta de libido. Después del parto y sobre todo con la lactancia materna. Hay una bajada de estrógenos que puede hacer que la libido disminuya. Puede ser que no tengamos ninguna gana de mantener relaciones. Esto es una situación muy normal y que debe ser respetada. Generalmente cuando vuelve la menstruación, se recupera la libido.
  • Problemas de lubricación. Si hay falta de libido, o nuestro suelo pélvico está muy debilitado es posible que haya una lubricación más escasa que incluso puede provocar molestias y dolor en las relaciones. 
  • Dolor y sensibilidad alterada. La presencia de cicatrices (episiotomía, desgarro o cesárea) que crean adherencias pueden generar dolor y tirantez. La herida debe haber cicatrizado bien antes de retomar las relaciones. 
  • La madre no acepta su nuevo cuerpo. Durante el embarazo y tras el parto, el cuerpo sufre un montón de transformaciones. Se ensancha la cadera, hemos ganado peso (no todas), la piel cuelga y tengo barriga de “coco”… Todo esto puede hacer que te sientas menos atractiva y tu cabeza necesite un tiempo extra para asimilar todos estos cambios y que así puedas reconciliarte con tu cuerpo. 
  • Parto traumático. Un parto traumático puede hacer que haya un bloqueo psicológico y que no quieras saber nada de todo lo que tenga que ver con la zona de tu periné. Este bloqueo psicológico también puede venir derivado de otros factores de los que ya hemos hablado como el no sentirte bien con tu cuerpo. 
  • Depresión postparto. La propia depresión puede quitarnos las ganas de tener relaciones. La depresión postparto es muy frecuente y puede ocurrir tanto en las madres como en los padres. 
  • Cansancio. Este es un factor clave y que nombráis con mucha frecuencia en consulta. El cansancio y la falta de tiempo son determinantes en muchas ocasiones para que se retrase ese reinicio de la actividad sexual. Estar 24 horas con tu bebé, la dependencia que te exige, la falta de intimidad, puede ser completamente agotador. 
  • ¿Y si el problema no viene de la madre y viene de la pareja? También puede ocurrir, la nueva situación, el cansancio, la depresión, no ver a tu pareja igual… son factores que pueden afectarle en esta esfera.  

¿Qué puedo hacer para remediarlo?

  • Fisioterapia de suelo pélvico. Hacer una valoración de suelo pélvico para ver su estado, te ayudará a perder el miedo. Si hay problemas de tono (aumentado o disminuido), cicatrices, o alteraciones de la sensibilidad, podemos ayudarte a mejorar. El tratamiento de las cicatrices es fundamental. 
  • Ayuda psicológica. Si tenemos un bloqueo a nivel mental, depresión, baja autoestima, etc.  podemos pedir ayuda psicológica. Es necesario cuidarse para cuidar. 
  • Uso de lubricantes. Si hay falta de lubricación, puede ser un gran aliado para la sequedad vaginal. 
  • Comunicación con la pareja. Hablar abiertamente del tema con tu pareja, de cómo os sentís. Respetaros vuestros tiempos, sin forzar. Y recordad, que la penetración, no es la única forma de sexo, hay muchas formas de disfrutar. 
  • Aprender a delegar y pedir ayuda. El cansancio y la falta de tiempo son dos grandes protagonistas en esta época, formar un buen equipo con tu pareja y pedir ayuda de vez en cuando si puedes, puede ser fundamental para mejorar vuestra vida íntima. 

Resumiendo…

Volver a tener relaciones sexuales tras el parto no siempre es un camino fácil, aunque ¡Ojo, muchas veces sí! Con paciencia, respeto y ganas de trabajar en ello, poco a poco podrás retomar tu vida sexual y disfrutar plenamente. Trabajar tu cuerpo y tu mente puede ayudarte mucho en este camino. 

¡Espero que te haya gustado el post y te sirva! Si es así, ¡Compártelo con personas que puedan estar interesadas!. 

¡Muchas gracias por leer!

Posturas de dilatación

¿Qué es exactamente la dilatación? ¿Cómo puedo ayudar a que el parto vaya más rápido? ¿Por qué moverse es tan importante? Hoy vamos a hablar de las posturas de dilatación y de lo importante que es hacer una dilatación activa. ¡Estoy segura de que esto va a interesarte!

¿Qué es la dilatación?

La fase de dilatación en el parto, normalmente es la fase más larga. La mayoría de las veces nos imaginamos el parto pensando en el momento del expulsivo, momento en el que empujamos con todas nuestras fuerzas para que el bebé salga. Pero, ¿y qué pasa con la dilatación? 

El periodo de dilatación puede ocupar hasta el 90% del tiempo de parto, es un proceso necesario (siempre que sea un parto vaginal) en el cual se abre el cuello del útero para que se produzca la salida del bebé. Gracias a las contracciones uterinas producidas por la hormona oxitocina, el bebé va descendiendo y el cuello del útero va desapareciendo (se borra) y se va abriendo. 

Según la Sociedad Española de Ginecología, la dilatación consta de dos fases:

  • Fase latente, contracciones irregulares de intensidad leve o moderada. En esta fase de produce el borramiento del cuello y la dilatación hasta los 4 cm. 
  • Fase activa, contracciones más frecuentes y de mayor intensidad y duración. Este periodo va desde los 4 cm. hasta la dilatación completa (10 cm.)

No existe una duración promedio del periodo de dilatación. Se trata de un proceso individual y único en cada mujer. 

La pelvis 

La pelvis es un hueso con una disposición y una anatomía muy específicos creados para poder parir. El bebé debe atravesar esta estructura bajando hacia el canal del parto para poder salir vía vaginal. 

Los huesos que la conforman son los dos huesos iliacos (ilion, isquion, pubis), el sacro y el coxis. Todos ellos se unen formando una estructura que puede recordar a una mariposa con alas abiertas (grandes y abiertas arriba y pequeñas y más juntas abajo). 

Estos huesos, en una situación normal, apenas se mueven los unos respecto de los otros, los músculos y los ligamentos presentes en la pelvis los estabilizan. Pero el día del parto, se segregan una serie de hormonas como la relaxina, que hacen que nuestra pelvis sea móvil, y todas esas estructuras se muevan para permitir la salida del bebé. 

¿Por qué es tan importante tener una pelvis móvil?

Si la pelvis tiene libertad de movimiento durante el proceso de dilatación, el parto podrá ir avanzando mejor y más rápido. Una buena movilidad de las articulaciones y estructuras de la pelvis, facilitan el descenso del bebé por el canal de parto. 

El bebé, en su descenso va girando y haciéndose hueco para poder bajar. Con los movimientos de la pelvis, puedes modificar los espacios y así ayudar a tu bebé. 

Hormonas y dilatación

Durante el periodo de dilatación se segrega la oxitocina, la hormona responsable de generar las contracciones uterinas tan necesarias para el descenso del bebé. Los nervios y el estrés pueden generar la liberación de la hormona adrenalina (opuesta a la  oxitocina) que hace que la mujer esté alerta y que el parto pueda ralentizarse.

La relajación contribuye a la liberación de oxitocina que como ya hemos dicho, es necesaria para una buena dilatación. 

Posturas de dilatación

El periodo de dilatación tiene algunos pilares fundamentales como son: 

  • Activación y movilidad. Ya hemos hablado de la pelvis móvil. 
  • Verticalidad. La verticalidad tiene como gran aliada a la fuerza de gravedad para ayudar al bebé a descender por el canal de parto. 
  • Descanso y relajación. La dilatación puede ser larga y, aunque el movimiento ayuda a favorecer el trabajo de parto, son necesarios periodos de parón y descanso. 

De todas formas, tu cuerpo es sabio y tienes que saber escucharlo. Te pedirá ciertas posturas, que, si además tu ya has practicado con anterioridad, las tendrás integradas y será mucho más fácil y natural. 

¿Qué beneficios aportan las posturas de dilatación?

  • Permiten un movimiento libre de la pelvis.
  • Te ayudan a controlar mejor el dolor de las contracciones.
  • Dejan la zona del sacro libre
  • Te ayudan a liberar la parte baja de la espalda ya que te permiten suspenderte o apoyarte en tu pareja/acompañante o en algún elemento como la camilla. 

Practicar las posturas de dilatación con tu pareja durante el embarazo puede ser de gran ayuda de cara al parto. Si las hemos ido haciendo, el día del parto seremos más conscientes y nuestro cuerpo nos pedirá hacer aquella en la que nos sintamos más cómodas. No se trata de hacer muchas posturas distintas sino de quedarnos con las que nos pida el cuerpo en ese momento. 

En todas ellas, se juega con el efecto de la gravedad y se permite un movimiento libre de la pelvis. Además, muchas de ellas, dejan la parte baja de la espalda libre para aplicar masaje, calor o presión y permiten hacer una pequeña tracción que alivie el dolor de la contracción. 

¿Cómo puedo aliviar el dolor sin la epidural?

  • Elegir posturas donde estés cómoda. 
  • Movimiento y posiciones verticales. El movimiento lo realizaremos entre contracción y contracción. Durante la contracción buscaremos posturas que nos alivien. 
  • Puedes utilizar una pelota de Pilates. Siéntate y mueve tu cadera. 
  • Usa el calor. Una ducha, un baño con agua caliente o un saco de semillas pueden ser buenos aliados. 
  • El masaje ayuda a la liberación de endorfinas y mejora la sensación de dolor. 
  • Electroterapia. Se pueden utilizar corrientes para llevar mejor el dolor. Si no lo has hecho nunca o no sabes como hacerlo, no es el momento de probar. 

En esto el acompañante tiene que ser un apoyo activo y estar por y para la mamá. Ayudar todo lo que nos deje, respetando siempre su espacio y voluntad. 

¿Y si llevo puesta la epidural? ¿Qué hago?

Cuando ponen la epidural, debemos intentar seguir moviendo la pelvis, bien sea activamente o con ayuda de nuestro acompañante. Hay que procurar hacer cambios posturales e intentar que las posiciones sean lo más verticales posible. La epidural no tiene que ser sinónimo de inmovilidad. 

Te animo a tener una dilatación activa, a prepararte y familiarizarte con estas posturas antes del gran momento, para que el día del parto te salgan de manera natural. Se que no es fácil, pero procura estar tranquila, el parto fluirá mejor. Todo va a salir bien. Estoy segura. Eres una guerrera. Parir es fisiológico y natural, sabes hacerlo

¡Muchas gracias por leer! ¡Espero que te haya servido! No te olvides de compartirlo si crees que puede servirle a alguien y no dudes en preguntar si te surge alguna duda. 

¿Cómo puedo saber si mi suelo pélvico está dañado?

Hemos hablado de patologías que afectan al suelo pélvico tanto femenino como masculino, de la importancia de la prevención, y de muchas cosas más, pero, si a mi suelo pélvico le pasa algo ¿cómo puedo saberlo? ¿Hay alguna señal que me indique que algo no va bien? Vamos a hablar de esto en el post de hoy. ¡No te lo pierdas!

¿Suelo pélvico dañado?

Las patologías del suelo pélvico son muy variadas, y, por lo tanto, la sintomatología también. Tendemos a reducir los problemas de suelo pélvico a las pérdidas de orina, y ¡por supuesto, que esto es una señal!, pero no es la única que puede indicarnos que algo no va bien. 

El suelo pélvico es un conjunto de músculos que se relaciona con muchas otras estructuras, como la vejiga, el útero y el recto, por lo que cualquiera de las patologías que afecta a estas estructuras repercute directa o indirectamente en el suelo pélvico. 

¿Qué señales me indican que mi suelo pélvico no está bien? 

Incontinencia urinaria. 

Quizá esta sea la señal más conocida por todo el mundo. La incontinencia es la pérdida de orina involuntaria. Es un problema de la continencia, y se considera incontinencia sea la cantidad que sea. Una gota, también es una pérdida. No importa tanto la cantidad, sino la propia pérdida.

Normalizar las pérdidas de orina ha hecho un flaco favor a la sociedad. Se considera “normal” tener pérdidas y no se le da importancia hasta que llegan a niveles más graves. 

Consideramos incontinencia las pérdidas por un esfuerzo (tos, estornudo, risa, saltos), de urgencia (necesidad imperiosa y repentina de orinar), o cualquier acto de pérdida contra la propia voluntad. 

Dolor lumbar

Como ya he contado en blogs anteriores el suelo pélvico está íntimamente relacionado con el diafragma, el abdomen y la musculatura lumbar (el famoso CORE). Cualquier alteración de una de las partes hace que las otras se puedan ver afectadas.

No quiero decir con esto que siempre que haya dolor lumbar, le ocurra algo al suelo pélvico, pero que sí que es importante tenerlo en cuenta y valorar cómo está para descartar. Un suelo pélvico y un transverso del abdomen débiles, no pueden hacer una buena función de estabilización, y esto puede dar problemas de dolor lumbar. 

Infecciones de orina de repetición 

En ocasiones, las infecciones de orina de repetición pueden estar relacionadas con un fallo de coordinación de la musculatura, un pH alterado, una alteración de la flora… Si es tu caso, ve a consultar a un especialista que valore tu caso. Se pueden realizar cosas como cambios en los hábitos del día a día, trabajo de la musculatura… que pueden mejorar esa recurrencia y evitar que te siga pasando. Aunque siempre hay que ver de dónde viene el problema y tratar la infección. 

Dolor durante la relaciones sexuales o imposibilidad de llegar al orgasmo. 

El dolor durante las relaciones no es normal. Las relaciones sexuales deben ser placenteras y en ningún momento deben doler. El dolor es una señal de alarma que indica que algo no va bien y tiene causas variadas (cicatrices, tensiones musculares…). No tiene que haber dolor en la penetración, en la masturbación, tras el orgasmo ni en ninguna de las fases del ciclo de la respuesta sexual femenina y masculina

La imposibilidad de llegar al orgasmo también puede ser un indicativo de un suelo pélvico debilitado. 

Tampón o copa menstrual que se mueve y se sale o dolor al colocarlos. 

Al igual que no debe doler la penetración, tampoco debe doler ponerte un tampón o una copa menstrual. Si al colocarlos estos se resbalan quizá exista un problema de debilidad y nuestro suelo pélvico no es capaz de mantenerlos en su sitio. En el caso de las copas menstruales, hay tamaños, y a veces, si cogemos un tamaño muy pequeño con respecto del de nuestra vagina, es posible que por eso se nos resbale. Sea como sea, es un factor a tener en cuenta. 

Incontinencia fecal 

Si la incontinencia urinaria es una señal, la incontinencia de heces y gases también lo es. La continencia es una función básica del suelo pélvico y cualquier pérdida involuntaria, sea del tipo que sea, siempre va a ser una señal. 

Estreñimiento crónico 

El estreñimiento está normalizado y esto hace que se le reste importancia. Pero, una persona que va al baño y tiene que hacer siempre un gran esfuerzo, provoca un aumento de presión sobre el suelo pélvico constante, que puede acabar debilitándolo. 

Sensación de pesadez en la vagina

Esta sensación de pesadez puede indicarnos un prolapso (un órgano que está descendido respecto de su ubicación habitual) y que puede notarse a nivel vaginal. Si esto pasa, es fundamental ponerse en manos de un especialista para que ese prolapso no vaya a más. Los prolapsos a veces pueden ir asociados a personas con estreñimiento crónico, personas que trabajan con cargas y deben realizar grandes esfuerzos, o en mujeres tras el parto. 

Gases vaginales

Los gases vaginales son un síntoma que nos indica que nuestro suelo pélvico está débil. Un suelo pélvico débil puede hacer que la abertura vaginal y la vagina estén más abiertas, y es más fácil que en alguna situación entre aire, y que, al realizar un esfuerzo, o con las relaciones sexuales, ese aire salga produciendo el ruido de un gas.

Dolores menstruales y dolor pélvico 

Ya he dicho que el dolor es una señal que indica que algo no va bien, independientemente del origen. 

La menstruación no debe ser dolorosa, ni mucho menos incapacitante. Si es tu caso, busca la causa que te está generando este dolor y ponle solución, hay un montón de profesionales dispuestos a ayudarte. 

Los dolores pélvicos, difusos, sin una causa clara o con causa, también son señales que pueden indicarnos problemas en el suelo pélvico.           

¿Y si noto una de estas señales? ¿Qué hago?

Si, lo se, soy muy pesada con este tema, pero hazte una VALORACIÓN DE SUELO PÉLVICO. Según cual sea tu problema quizá no es lo primero ni lo único que debes hacer. También hay otros profesionales como ginecólogos/as , urólogos/as , matronas o psicólogos/as que también están para ayudarte. 

¿En qué ocasiones debería mirar si o si mi suelo pélvico?

Ante cualquiera de estas señales sería interesante y fundamental que acudieseis a un especialista de suelo pélvico para valorar el estado de vuestro periné. También, recordad que, aunque no haya señales, hay situaciones que exponen el suelo pélvico como la menopausia, el embarazo o el post-parto, la práctica de deportes de impacto, tras una intervención quirúrgica en la zona abomino-perineal… y que deberían ser motivo de mirarnos y cuidarnos el suelo pélvico. 

¿Crees que te ha servido el post de hoy? Si es así compártelo con quien creas que puede servirle. 

¡Muchas gracias por leer!

Ejercicio físico durante el embarazo ¿Sí o No?

Siempre surgen muchas dudas alrededor de este tema ¿Puedo practicar deporte estando embarazada? ¿Es seguro? ¿Qué deportes puedo hacer? ¿Qué beneficios trae hacer ejercicio? A lo largo del post de hoy voy a intentar responder a todas estas preguntas. ¡Sigue leyendo!

Beneficios del ejercicio físico durante el embarazo

La práctica de ejercicio físico es fundamental para tener un estado de salud óptimo en cualquier persona, embarazada o no. Sabemos que el ejercicio aporta muchos beneficios tanto físicos como psicológicos, por ello, es fundamental mantenernos activas durante el embarazo. 

  • Mejora la imagen corporal y ayuda a controlar el aumento de peso durante el embarazo. 
  • Mejora el ánimo y el sueño, reduce el estrés, y previene la depresión post-parto.
  • Disminuye el riesgo de diabetes gestacional y preeclampsia (aumento de la tensión). 
  • Mejora la movilidad de la pelvis y esto favorece el momento del parto. En la mayoría de casos, una mujer entrenada, es más activa y participativa. 
  • Disminuye la instrumentalización en el parto y los partos por cesárea.
  • Mejora el tiempo de recuperación post parto ya que partimos de una condición física mejor.  
  • Reduce los dolores de espalda y dolores musculares en general producidos por todos esos cambios posturales que debe hacer el cuerpo para que el bebé pueda crecer. 
  • Mejora la condición física en cuanto a fuerza, resistencia o postura. 
  • Mejora la circulación, la capacidad pulmonar, el tránsito intestinal y, por tanto, ayuda a reducir el estreñimiento.

Además, también tiene beneficios para nuestro bebé.

  • Mejora la viabilidad de la placenta y aumenta los niveles de líquido amniótico.
  • El desarrollo psicomotor del bebé es superior y la maduración nerviosa mejor. 
  • Aumenta la edad gestacional.

Os dejo el enlace a la guía sobre “Ejercicio Físico durante el embarazo” de la ACOG (The American College of Obstetricians and Gynecologists) que salió en abril de 2020. Pincha aquí

¿Cuándo debo comenzar a realizar ejercicio físico? ¿Y hasta cuando puedo hacerlo?

La actividad física puede realizarse desde el momento en el que te quedas embarazada. Si siempre has hecho deporte, el embarazo no es el momento de parar, aunque quizás tengas que modificar o cambiar la actividad que realizabas. Si no has hecho deporte nunca y quieres empezar al quedarte embarazada, te recomiendo que busques actividades más suaves y que se adapten a tu condición física. 

Algunas de las actividades que deberían evitarse son: deportes de contacto, deportes que supongan impacto, actividades de mucha intensidad o deportes donde pueda haber riesgo de caídas. 

Siempre y cuando tú te encuentres bien puedes hacer ejercicio durante todo el embarazo de principio a fin. Recuerda que es mucho mejor mantenerse activa

¿Con qué frecuencia debo realizar ejercicio físico?

La frecuencia, la duración y la intensidad del ejercicio que realicemos dependerá de estado físico de la mami. Debemos intentar hacer ejercicio al menos tres días por semana. ¡No al sedentarismo!

¿Todas las mujeres pueden hacer deporte?

Como ya hemos dicho, el deporte aporta muchos beneficios, por lo que, cualquier embarazada puede realizar ejercicio físico a no ser que haya una contraindicación médica.

¿Qué debo tener en cuenta a la hora de practicar ejercicio?

A lo largo del embarazo el bebé se va desarrollando y creciendo en el interior de la madre provocando cambios en el cuerpo y creando necesidades distintas en cada momento. 

Los cambios en el cuerpo de las embarazadas a lo largo de las semanas hacen que el ejercicio que practicamos se tenga que ir adaptando de manera continua y progresiva

Puntos básicos a tener en cuenta:

  • Es importante mantener una postura corporal correcta de elongación durante la realización del ejercicio e integrar esta postura en el día a día y la vida cotidiana. 
  • Acompaña los ejercicios con la respiración. Siempre trataremos de exhalar el aire en el esfuerzo. 
  • No te fuerces. Escucha a tu cuerpo en cada momento y respeta sus tiempos. 
  • Mantente bien hidratada durante la práctica deportiva

¿Y mi suelo pélvico? ¿También puedo ejercitarlo durante el embarazo?

Si, lo siento, no soy capaz de hacer un blog y no nombrar ni un poco al suelo pélvico. Recordemos que el suelo pélvico es un conjunto de estructuras, entre ellas músculos que pueden, e incluso, deben trabajarse. 

Ya sabemos que el momento del embarazo es un momento de cambios a muchos niveles (físicos y psicológicos) y que como bien os podréis imaginar, también afecta de manera directa a nuestro suelo pélvico. Por ello, es fundamental tomar conciencia de esta zona, ejercitarla e incluirla en nuestra rutina de entrenamiento

Cuanto más conozcamos nuestro cuerpo, más conscientes seamos y más en forma estemos, mejor llegaremos al momento del parto y mejor y más rápida será la recuperación post-parto. 

Ejercitar el suelo pélvico y mantenerlo fuerte y en forma no es incompatible con tener un periné flexible y elástico para el momento del parto. De hecho, todas estas condiciones deberían darse para tener un suelo pélvico en las mejores condiciones posibles. ¿Lo habías pensado?

Así que ahora y después de leer este blog si estás embarazada ¿A qué esperas? ¡Es hora de mover el esqueleto! Y si no lo estás, pero en algún momento quieres estarlo, no pierdas el tiempo y empieza a hacer deporte antes de quedarte. 

¡A moverse!

Si estás embarazada y quieres realizar ejercicio físico, te recomiendo que busques una actividad que te guste y que se ajuste a tu condición física. Busca un entrenamiento individualizado con personas formadas que te guíen, te ayuden y te orienten adaptando los ejercicios a tu estado. 

El ejercicio es una magnífica forma de prevención, de sentirte bien contigo misma y de desconexión. Es un rato para ti. No te quedes quieta, muévete y disfruta de tu embarazo en las mejores condiciones. 

Espero que este post te haya servido de ayuda y te haya aclarado dudas.

¡Muchas gracias por leer!

PROLAPSO, ¿QUÉ ES?

¿Alguna vez te han hablado de los prolapsos? ¿Qué son? ¿Se tratan? ¿Tienen solución? ¿Puedo evitar que vayan a más?

El prolapso es una disfunción de suelo pélvico muy frecuente de la que no se habla lo suficiente. Se sabe que muchas mujeres lo padecen y no lo cuentan por desconocimiento o por vergüenza. En el post de hoy voy a contaros en qué consiste. 

¿Qué es un prolapso y qué lo causa?

El prolapso es el descenso de uno o más órganos de la cavidad pélvica hacia el exterior. 

Las causas del prolapso pueden ser variadas, y cada caso es importante valorarlo y analizarlo de forma individualizada. Una de las funciones que tiene nuestro perinées la función de sostén, se encarga de mantener los órganos pélvicos en su lugar. Cuando esta función falla y hay una debilidad de las estructuras que hacen esta función podemos encontrarnos con un prolapso. La debilidad de los tejidos que conforman el suelo pélvico (musculatura, ligamentos y fascias) puede deberse a diversos factores. 

Los factores de riesgo para el prolapso son todos aquellos que pueden producir un debilitamiento de la musculatura del periné. Algunos de estos son:

  • Sobrepeso u obesidad
  • Embarazo y parto (uso de instrumentos, bebés muy grandes…)
  • Estreñimiento crónico. El esfuerzo que hay que realizar constantemente al ir al baño genera muchas presiones en el abdomen y el suelo pélvico. 
  • Personas con enfermedades respiratorias. La tos crónica produce hiper-presiones constantes en el suelo pélvico. 
  • Práctica de deporte de impacto o carga de pesos. 
  • Enfermedades neuromusculares o factores genéticos que afectan a la calidad de los tejidos haciéndolos más débiles y vulnerables. 
  • Cirugías pélvicas o abdominales
  • Menopausia (caída de estrógenos y, por lo tanto, pérdida de la calidad del tejido)

Tipos de prolapsos. 

Existen varios tipos de prolapso según el órgano que desciende.  El descenso puede ser de un órgano del compartimento anterior, medio o posterior de la vagina.  

  • Vejiga – Cistocele  (compartimento anterior). La vejiga cae hacia la vagina. Puede dar síntomas miccionales como la incontinencia o infecciones de repetición. 
  • Uretra – Uretrocele (compartimento anterior). La uretra cae hacia la vagina. Se suele prolapsar junto a la vejiga y puede dar los mismos síntomas.
  • Descenso del útero – Histerocele  (compartimento medio). El útero cae por la vagina hacia el exterior. 
  • Recto – Rectocele (compartimento posterior). El recto cae y aparece un bulto en la pared posterior de la vagina. Puede dar problemas de estreñimiento, sensación de falta de vaciado u obstrucción. 
  • Intestino – Enterocele (compartimento posterior). Las asas intestinales caen y quedan entre la vagina y el recto. A veces, se asocia con el rectocele y puede dar los mismos síntomas. 

En cualquiera de estos casos, el problema no está en el órgano que cae, sino en la estructura que lo sujeta. 

Grados de prolapso.

Los prolapsos, se clasifican en cuatro grados atendiendo a la gravedad. Desde el I donde existe un pequeño descenso en el interior de la vagina, hasta el IV, donde el órgano sale completamente al exterior de la misma. 

Síntomas del prolapso. 

La presencia del prolapso, puede dar diversos síntomas dependiendo del tipo y del grado. 

  • Síntomas urinarios. Una incontinencia urinaria, de esfuerzo o de urgencia podría indicarnos la presencia de un prolapso. Lo que no quiere decir es que siempre que haya un prolapso, habrá una incontinencia. 
  • Sensación de pesadez, de tener un bulto en la zona de los genitales. 
  • Molestia en la zona con el movimiento (al andar, correr, hacer deporte…). 
  • Estreñimiento, sensación de falta de vaciado o dificultad para defecar. 
  • Dolor durante las relaciones sexuales e incluso miedo de tenerlas por si el prolapso fuera a más.
  • Infecciones urinarias de repetición. 

Los síntomas del prolapso pueden ser variados y en cada mujer es diferente. Es importante que un especialista te realice una exploración, determine el tipo de prolapso que tienes, si es que lo tienes y te oriente con el tratamiento que debes seguir. 

¿Cómo puede ayudarte la fisioterapia si tienes un prolapso?

La fisioterapia tiene un papel fundamental cuando existe un problema como el prolapso, sobre todo en los grados I y II, ya que se puede reducir el grado de descenso de la víscera o evitar que vaya a más. Si el prolapso es un grado III o IV normalmente es necesaria la cirugía y en estos casos se recomienda trabajar con la/el fisioterapeuta antes y después de la intervención para reforzar el suelo pélvico. 

El objetivo de la fisioterapia en el tratamiento de los prolapsos es el entrenamiento y la reeducación de la musculatura perineal a través de diferentes técnicas:

  • Toma de conciencia del suelo pélvico
  • Ejercicios de Kegel. Trabajo de contracción del suelo pélvico para ganar fuerza y tono. 
  • Uso de biofeedback o electroestimulación 
  • Educar y concienciar al paciente sobre cómo comportarse ante un esfuerzo.
  • Hacer una buena gestión de la presión abdominal. 
  • Trabajo postural 
  • Activación de la musculatura profunda del abdomen.

Hacer deporte de manera correcta, anteponerse a los esfuerzos, evitar el estreñimiento, cuidar la alimentación y controlar el peso son factores que están en nuestra mano para evitar futuros prolapsos que puedan ocasionarnos problemas. 

Pesarios

En el tratamiento de los prolapsos también se puede contar con este dispositivo. Los pesarios son unos dispositivos que se colocan en la vagina y que recolocan los órganos “caídos” en su lugar. Ayudan a mejorar la sintomatología, evitan que vaya a más e incluso retrasan el momento de la cirugía. Estos dispositivos debe recomendártelos un especialista que te enseñe a encontrar el adecuado y colocártelo bien. 

Conocer lo que es un prolapso es fundamental para hacer un trabajo de prevención ¡Empieza a trabajar antes de que pueda pasarte! Una valoración por parte de tu fisioterapeuta especialista en suelo pélvico es necesaria para conocer el estado de tu periné, saber la gravedad del prolapso (si lo hay) y hacer un buen tratamiento y una buena prevención. 

Desde la fisioterapia podemos ayudarte a mejorar estos síntomas, reeducando y fortaleciendo el suelo pélvico y el abdomen. ¡No dejes que vaya a más y pide ayuda! 

PREPARACIÓN AL PARTO ¿POR QUÉ HACERLA?

Antes de comenzar, es importante dejar claras algunas cosas. La más importante es que cada mujer es diferente, y, por tanto, cada parto será diferente, incluso dos partos de una misma mujer serán también distintos. 

Conocer experiencias de otras mujeres puede ser enriquecedor, pero ten en cuenta que tu parto no va a ser igual que el de ninguna de ellas. 

También debemos saber que hay cosas que se escapan de nuestro control. Hay muchos factores influyendo en el proceso del parto (la madre, el bebé, el entorno, el equipo médico o las propias circunstancias) que hacen que no se pueda garantizar al 100% un parto sin problemas (cesárea, episiotomía, uso de instrumentos…). 

Estoy embarazada, ¿Y ahora qué hago?

Elaborar un plan de parto 

Una de las cosas que puedes hacer es realizar el plan de parto. Se trata de una herramienta que te permite participar de manera activa en el proceso del parto y decidir cuales son tus preferencias, deseos y expectativas sobre este proceso para que éstas puedan ser respetadas en la medida de lo posible. Realizar el plan de parto también puede ayudarte a comprender cómo funciona el proceso y las opciones que tienes. 

Aquí te dejo un link al Plan de Parto y Nacimiento del Ministerio de Sanidad para que te lo puedas descargar desde la página “El parto es nuestro”.

Deporte y embarazo 

El deporte también es una manera de mantenernos en forma y llegar al parto en las mejores condiciones físicas posibles. No tengas miedo, hacer deporte durante el embarazo está permitido y no solo eso, está recomendado, siempre y cuando no haya una contraindicación médica. Pero, ¡cuidado!, si nunca has hecho deporte, el embarazo no debería ser el momento de empezar, aunque si esta es tu situación, haz un deporte que se adapte a ti y supervisado por un profesional.  Si quieres quedarte embarazada empieza a preparar tu cuerpo antes. La preparación física debería empezar antes del embarazo.

Hacer ejercicio, mantenerte ágil y móvil te ayudará durante todo el embarazo, pero también en el proceso del parto y nacimiento de tu bebé. La práctica de ejercicio físico tiene beneficios tanto para la mamá como para el bebé (mantener el peso, mejorar la movilidad, trabajar la postura, prevenir dolores, regular a función hormonal…) por lo que si estás embarazada ¡No te quedes parada, MUEVETE! 

Y la fisioterapia, ¿Qué puede hacer por mi? 

El cuerpo de la mujer está preparado para el embarazo y el parto, pero todo lo que hagamos para favorecer que lleguemos a este momento en las condiciones más óptimas, siempre será en positivo. 

La etapa del embarazo es un momento importante para el cuerpo de la mujer. Durante este periodo, la mujer sufre cambios físicos constantes para que el bebé quepa en su cuerpo. El útero aumenta su tamaño a la vez que el bebé va creciendo y hace que todo lo que lo rodea se vaya reubicando para que esto pueda suceder. 

Durante el periodo de gestación se producen cambios como la alteración de la postura y del patrón de la marcha. Hay cambios en el suelo pélvico y el abdomen, aumenta la presión y el peso en ambas zonas y puede aparecer la famosa diástasis abdominal (separación de los rectos del abdomen). 

Todos estos cambios fisiológicos y funcionales en el cuerpo de la mujer unidos a la evolución social que se ha ido produciendo durante los últimos años como la entrada de la mujer en el mercado laboral o la edad cada vez más avanzada de las madres primerizas, entre otros, hacen que la maternidad sea un periodo que debe conllevar una serie de cuidados importantes. De todo esto surge la necesidad de la fisioterapia obstétrica, siendo esta la que se encarga de la prevención y tratamiento de las disfunciones musculo-esqueléticas y las alteraciones biomecánicas que se dan durante la gestación. El trabajo está enfocado para que la mujer pase el embarazo y llegue al parto en las mejores condiciones y para que haya una mejor recuperación del post-parto. 

La preparación al parto es una buena herramienta de prevención, los cambios que se producen en la mujer durante el embarazo son un factor de riesgo en la aparición de disfunciones de la zona abdomino-pélvica (incontinencia, prolapso, diástasis abdominal, disfunciones sexuales…), por lo que el trabajo durante la preparación va a ayudar a evitarlos. 

¿Qué se hace en la preparación al parto?

  • Toma de conciencia corporal y postural. Importantísimo trabajar la postura durante el embarazo por todos los cambios fisiológicos que se producen. También es fundamental una buena toma de conciencia sobre el periné, donde está, qué hace, cómo se mueve y cómo se siente.
  • Pautas para realizar actividad física de manera correcta y segura.En nuestro caso, hacemos clases de gimnasia prenatal. 
  • Trabajar la respiración.Aprendizaje de la respiración diafragmática, esto será muy importante para la correcta realización de los pujos, procurando dañar lo menos posible el cuerpo de la mujer. 
  • Trabajo abdominal.Tonificación, fortalecimiento y control y aprendizaje de la gestión de la presión abdominal.  Importante el trabajo de activación del transverso, músculo abdominal fundamental en el momento del parto ya que es la principal fuerza muscular voluntaria en el momento del expulsivo. La musculatura del abdomen y del suelo pélvico deben estar en equilibrio entre rigidez y elasticidadpara permitir la correcta salida del bebé. 
  • Dar movilidad y flexibilidad a la pelvis para favorecer una correcta biomecánica. 
  • Preparar la musculatura del periné con el masaje perineal para que los tejidos que lo conforman lleguen en el estado más óptimo posible. Es una técnica que ayuda a flexibilizar el tejido. Si quieres saber más sobre el masaje perineal no te olvides de leer el post que escribí sobre el tema aquí
  • Aprender a realizar el pujo fisiológico. Se hace mucho trabajo de respiración. Se pueden practicar con la ayuda de un dispositivo llamado EPI-NO. Este instrumento es una buena herramienta para trabajar la propiocepción y el autoconocimiento y ayuda a las embarazadas a sentirse más seguras y llegar al parto con menos nerviosismo.
  • Aprendizaje de posturas de dilatación.Es importantísimo hacer una dilatación activa ya que genera beneficios como dejar la pelvis libre y mejorar el movimiento de las articulaciones, disminuir el dolor durante la contracción o facilitar el descenso del bebé por el canal del parto. 

IMPORTANTE: El masaje perineal y el uso del EPI-NO preparan el tejido para que llegue en las mejores condiciones al momento del parto, pero no garantizan al 100% que no haya desgarros o que no nos hagan una episiotomía. Las circunstancias individuales de cada caso tienen que analizarse. Lo más importante es que el bebé y tú estéis bien. 

¿Cuándo comienza la preparación al parto? 

La preparación al parto empieza desde antes incluso de quedarte embarazada. Preparar tu cuerpo para los cambios que van a venir. 

Desde el primer momento y si no hay contraindicación por parte del médico puedes empezar a hacer deporte, con cuidado y quizás no con la misma intensidad de antes pero siempre va a ser importante mantenerte activa. ¡NO AL SEDENTARISMO!  

En cuanto al masaje perineal y al EPI-NO, el primero lo realizamos a partir de la semana 32, y el EPI-NO y trabajo de los pujos y las posturas que favorecen la dilatación, a partir de la semana 37. 

¿Por qué hacer la preparación al parto? 

La principal razón es porque una mujer que va informada, conoce sus opciones, ha trabajado con su cuerpo, ha tomado conciencia del mismo y ha generado confianza en ella misma y en su propio cuerpo, es una mujer que se enfrenta al momento del parto con mayor seguridad y tranquilidad, sin la sensación de falta de control, llegando incluso a disfrutar de la experiencia vital que proporciona el parto. 

¡Espero que te haya gustado el post! Si estás embarazada y quieres saber más sobre el tema no dudes en escribirme y preguntarme. ¡Estoy deseando ayudaros!

DESMONTANDO MITOS SOBRE EL SUELO PÉLVICO

Existen cantidad de creencias erróneas relacionadas con el suelo pélvico. 

¿Los hombres tienen suelo pélvico? ¿Solo hay que trabajar el suelo pélvico durante el embarazo? ¿Con hacer ejercicios de Kegel basta? 

En el blog de hoy hablamos de algunos de estos temas para que conozcas un poco más sobre el suelo pélvico y porqué cuidarlo. 

  • Los hombres no tienen suelo pélvico. 

Hombres y mujeres tienen suelo pélvico desde que nacen hasta que se mueren. Y no solo eso, sino que, además, al igual que las mujeres, pueden tener disfunciones del mismo (dolor pélvico, incontinencia, disfunción eréctil, estreñimiento…) . 

Así que tú, como hombre, también debes cuidar y ejercitar tu suelo pélvico como parte de tu cuerpo que es y si tienes un problema ¡Acude a un profesional que te ayude! ¡No solo tratamos las disfunciones perineales en las mujeres!

  • ¿Para qué voy a trabajar el suelo pélvico si no tengo ningún problema? 

Quizá no tengas ningún problema en tu suelo pélvico, eres joven y  estás sana/o, pero, ¿quién te dice que con el paso del tiempo no puedas padecerlo? 

En tu mano está prevenir futuros problemas. Existen numerosos factores de riesgo que afectan a la salud del suelo pélvico. Conoce cuales son y ejercita tu suelo pélvico de manera regular ¡Al igual que haces con el resto de tu cuerpo!. 

  • Un buen momento para entrenar mi suelo pélvico es cuando voy al baño. Si soy capaz de cortar el pis, tengo un buen suelo pélvico. 

Hace unos años se recomendaba a las mujeres que trabajasen su suelo pélvico cortando el pis cuando iban al baño. Se conoce este concepto como “Stop pipí”. Actualmente sabemos que esta práctica, lejos de ayudar, lo que hace es favorecer que aparezcan infecciones de orina (no se produce un vaciado completo de la vejiga). 

Si quieres saber como está tu suelo pélvico y entrenarlo acude a un profesional que te valore y te diseñe un buen programa de entrenamiento. 

  • Si se me escapa una gotita al reír, toser, estornudar o saltar es normal. Lo dicen en la tele. 

Esto NO ES NORMAL, se llama INCONTINENCIA. La incontinencia es la pérdida involuntaria de orina y se puede dar por varias causas y muchas de ellas tienen solución. 

Hoy en día, en nuestra sociedad, la incontinencia urinaria está más que asumida como un momento por el que toda mujer va a pasar, y hablamos de mujer, porque el mayor porcentaje que lo sufre es el sexo femenino, pero también pueden padecerla los hombres. 

Si tienes pérdidas de orina acude a un profesional que te ayude y te dé herramientas para mejorar. Trabaja con tu cuerpo, se consciente de tu problema y modifica tu entorno, cambiando hábitos y creando nuevas rutinas (consumo de líquidos, cuidar la alimentación, evitar consumo de excitantes, etc.) que te ayuden a corregir los factores que facilitan su aparición. La higiene en estos casos es fundamental para reducir el riesgo de infecciones. 

Y si no tienes pérdidas, haz trabajo de prevención, no olvides tu suelo pélvico, trabájalo y cuídalo para evitar futuras complicaciones.

  • Las bolas chinas como remedio a todos los problemas de suelo pélvico. 

Las bolas chinas son un dispositivo formado por una o dos bolas unidas por un cordón. En el interior tienen otra bola más pequeña que hace que cuando las llevamos colocadas y estamos en movimiento se produzca un choque contra las paredes que produce una vibración. Esta vibración provoca una contracción involuntaria de los músculos de nuestra vagina, haciendo que estos trabajen. 

Este dispositivo puede ayudar a trabajar tanto el tono como la fuerza de la musculatura del periné, pero para eso es indispensable que antes sepamos cómo está nuestro suelo pélvico. Las bolas chinas no le sirven a todo el mundo y no son la solución para todo. En según que casos pueden ser incluso perjudiciales. 

Si tienes un problema en tu suelo pélvico, acude a un profesional que valore tu caso individual y no uses las bolas chinas sin indicación. 

En caso de no tener problemas de suelo pélvico, mi recomendación es que acudas igualmente a hacerte una valoración antes de usarlas. 

  • El estreñimiento es normal. ¿En qué va a afectar a mi suelo pélvico?

Que esté muy presente en nuestra sociedad no quiere decir que sea normal. El estreñimiento se ha vuelto un trastorno común que cada vez está más presente debido al modo de vida actual, nuestros hábitos y el estilo de vida. 

El estreñimiento trae consigo síntomas como el dolor abdominal, los gases o la hinchazón, entre otros. Además, supone realizar grandes esfuerzos para expulsar las heces, lo cual genera una hiperpresión en la zona abdominal. Todo esto repercute de manera directa sobre nuestro suelo pélvico y lo hace más vulnerable. 

Factores como el estrés , la mala alimentación o el sedentarismo es fundamental tenerlos en cuenta si sufrimos estreñimiento. Tener buenos hábitos y cuidar tu periné mejorarán tu estreñimiento y, por lo tanto, tu calidad de vida. 

  • ¿Dolor con la menstruación? ¡Quién no tiene!

Se llama dismenorrea y nos indica que algo no está funcionando como debería. Sentir pesadez o una sensación de incomodidad puede ser normal debido a la inflamación que se produce, pero asociar menstruación y dolor no es correcto. Esos dolores que afectan a la calidad de vida, y llegan incluso a ser incapacitantes durante algunos días, no son normales. El cuerpo nos emite una señal en forma de dolor para indicarnos que algo está fallando. Existen diversas causas que pueden provocar este dolor, hay que estudiar cual es el origen y tratarlo. Busca ayuda si te pasa y ponle soluciones. 

Es fundamental que haya una buena educación menstrual tanto para la mujer como para el entorno. 

  • El suelo pélvico solo importa durante el embarazo. 

NO. Quizá la primera vez que hayas oído hablar de tu suelo pélvico haya sido durante el embarazo (lo cual me parece profundamente triste), pero tengo que decirte que tu suelo pélvico lleva contigo desde que naciste. El embarazo es un momento esencial para el suelo pélvico y hay que prestarle especialmente atención, pero hay que cuidarlo siempre. 

  • Que me moleste durante las relaciones sexuales es normal. 

Cicatrices, musculatura hipertónica, presencia de puntos gatillo, etc. son algunos de los factores que puede provocar dolor en las relaciones sexuales. Todos ellos se pueden tratar y en la mayoría de casos mejorar e incluso eliminar la molestia. Busca la causa de tu dolor. ¡Es importante disfrutar de las relaciones sexuales! 

  • Para trabajar el suelo pélvico basta con hacer ejercicios de Kegel y además son muy sencillos de realizar.

Aunque los ejercicios de Kegel parezcan simplemente ejercicios de contracción y relajación de la musculatura perineal (que lo son), no son sencillos de realizar. La mayoría de las/los pacientes que vienen a consulta necesitan aprender a hacerlos aislando la contracción de estos de la de otros músculos (como pueden ser glúteos, aductores, rectos del abdomen…) y por lo tanto necesitan un aprendizaje para realizarlos correctamente. Tampoco ayuda a realizarlos la falta de conciencia que tenemos sobre la zona de nuestro periné, cuanto más sabemos sobre él, más fácil es trabajarlo. 

Los ejercicios de Kegel son una herramienta más para trabajar el suelo pélvico, pero al igual que las bolas chinas, no siempre van a ser la solución. 

Si hay un problema o simplemente quieres prevenirlo acude a un especialista que te ayude y te aconseje. 

¿Tú también creías alguno de estos mitos? ¿Se te ocurre alguno más? Poco a poco os iré contando más falsos mitos que rodean todo lo relacionado con el suelo pélvico. 

¡Espero haberte ayudado! Y ya sabes, si tienes cualquier duda o problema, ¡No dudes en contactar conmigo!

MASAJE PERINEAL ¿QUÉ ES?

celia falo suelo pelvico

¿Qué es el masaje perineal? ¿Porqué hacerlo? ¿Solo se puede realizar durante el embarazo?

Antes de hablar del masaje perineal vamos a situarnos un poco. Recordemos qué es el suelo pélvico

El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que se encuentran en la base de la pelvis. Se trata de una zona móvil que tiene sus propias funciones (sostén, reproductiva, sexual y estabilizadora). 

Conocer nuestro periné, saber cómo está y mantenerlo en buenas condiciones es esencial para nuestra salud y nuestra calidad de vida. Cuidándolo podemos prevenir patologías, tener una mejor recuperación post-parto y solucionar otros problemas que afectan a nuestro suelo pélvico.

¿Qué es el masaje perineal? 

Masaje Perineal

Se trata de un masaje realizado en la zona del periné. Es una técnica que ayuda a estirar los tejidos de la zona y los hace más distensibles

Siempre lo relacionamos con el momento del parto pero no es el único momento de nuestra vida en el que podemos realizarlo. El cuidado del periné debe estar siempre presente

Antes de empezar a realizarlo será necesario saber cómo está la musculatura perineal. Si el tono es normal, está hipertónico (el tono es mayor que el habitual) o por el contrario, está hipotónico (el tono está por debajo de lo normal). Depende de lo obtenido en la valoración se determinará si el masaje perineal es una técnica indicada o no. 

Este masaje no debe ser doloroso, es posible que notes una sensación de presión y estiramiento que puede resultar extraña e incluso un poco incómoda en algunas ocasiones, pero en ningún caso debe producir dolor. 

El masaje se puede realizar tanto interno como externo. En la parte externa trabajaremos toda la zona de alrededor de la vagina, profundizando en la zona que queda entre el ano y la vagina y en la zona interna, haremos  presiones, flexibilizaremos y estiraremos la musculatura. 

Masaje perineal y conciencia genital

El masaje perineal es una forma de que la mujer se toque, se explore y se conozca, reconozca sus genitales, por dentro y por fuera. El masaje es una buena técnica de autoconocimiento, un buen momento para mirarse, mimarse y conocerse. 

Conseguir educar a las pacientes para tener una buena conciencia corporal, y en concreto genital, es fundamental para poder realizar un buen tratamiento y conseguir una correcta evolución. 

La conciencia genital no es innata, debemos aprenderla. De hecho, desde un punto de vista tanto social como cultural nunca se ha enseñado a crear esta conciencia. El suelo pélvico siempre ha sido tratado como un tema tabú del que no se puede o debe hablar. Conocer el suelo pélvico y sus funciones es esencial para poder trabajar con él, saber cómo está y prevenir cualquier problema que le pueda suceder. 

Por ello, el masaje perineal es una buena herramienta para el autoconocimiento.

Masaje perineal y embarazo 

Durante el embarazo, comenzaremos con el masaje perineal a partir de la semana 32-33. Se prepara la musculatura y los tejidos que la rodean para el momento del parto, en concreto, durante el momento del  expulsivo. 

La evidencia científica dice que es una técnica válida para reducir el número de desgarros o episiotomías, lo cual no quiere decir que por hacerlo, no vayan a producirse. Hay situaciones que hacen que sea inevitable realizar una episiotomía o una cesárea de manera justificada por mucho que hayamos trabajado nuestro periné . 

El masaje no es contraproducente para el bebé. Te ayudará en la conciencia del periné como parte de tu cuerpo, te producirá nuevas sensaciones y puede ayudarte a llegar al parto con más confianza. 

Como te he dicho antes, valorar el suelo pélvico antes de comenzar a realizar el masaje para saber el estado de la musculatura será muy importante. Sea cual sea el diagnóstico, cualquier ejercicio de conciencia genital será beneficioso tanto en la preparación del parto como en la recuperación durante el postparto.   

Durante el embarazo no es imprescindible realizarlo, nuestro cuerpo está preparado para parir hagamos lo que hagamos. Aún así, es muy recomendable hacerlo, es una técnica efectiva que te ayudará a conocer tu suelo pélvico, y a preparar la llegada de tu bebé con más tranquilidad. 

¿Existen contraindicaciones?

Si estás con infección de orina, te duele al realizarlo, existe riesgo de aborto o cualquier otra complicación, consulta con un especialista como la matrona o el/la ginecólogo/a si puedes realizarlo o por el contrario, es mejor esperar. 

Cómo realizar el masaje perineal 

Para el momento de hacer el masaje perineal buscaremos un ambiente tranquilo y relajado, una situación cómoda que te permita concentrarte en ti y nada más. ¡Es tu pequeño momento!

Tanto si te haces tú el masaje como si te lo hace otra persona debemos tener en cuenta algunas pautas básicas de higiene:

  • Manos limpias
  • Uñas cortas

No existe una postura concreta para realizarlo, hazlo como te sientas más cómoda, de pie, sentada o tumbada, ¡Da lo mismo!.

Por último, utilizaremos o bien un lubricante de base acuosa o bien un aceite vegetal que nos hidraten bien. Existen varios que pueden utilizarse, aceite de rosa mosqueta, con aloe vera, etc. 

Os dejo una recopilación de cosas a tener en cuenta sobre el momento de realizar el masaje perineal:

Automasaje Suelo Pélvico Femenino
  • Se puede realizar sola o con ayuda de tu pareja
  • Lo ideal es que dure entre 5 y 10 minutos
  • Se puede realizar diariamente o en días alternos 
  • No debe doler
  • Mejor realizarlo con la vejiga vacía 
  • Posición cómoda y situación tranquila 
  • Usar aceite o lubricante de base acuosa 
  • Siempre, siempre, siempre con las manos bien limpias y las uñas cortadas. 

En resumen, podemos afirmar que el masaje perineal puede servirnos como forma de autoconocimiento y mejora de la conciencia corporal, cuidado del periné y herramienta a utilizar en la preparación al parto. 

Es momento de cuidarse: cualquier alteración de nuestro periné va a alterar nuestra calidad de vida, afectando nuestro estado físico y emocional. Hay que cuidarlo como cualquier parte de nuestro cuerpo, hacerlo visible, conocerlo y mimarlo.

DIÁSTASIS ABDOMINAL. QUÉ ES.

¿Sabes lo que es la diástasis abdominal? ¿Cómo se si la tengo? ¿Se puede corregir? ¡En el post de hoy vamos a solucionar todas tus dudas! 

La diástasis abdominal es una disfunción de la pared anterior  del abdomen que se produce cuando aumenta la separación de los músculos rectos del abdomen. 

Existe un tejido conectivo que mantiene unidos entre sí a nuestros rectos abdominales, cuando este tejido se daña puede aparecer la diástasis abdominal. Ésta no se produce siempre en el mismo lugar sino que puede ocurrir en distintos puntos de la línea alba  (línea media del abdomen), por encima del ombligo, por debajo, en toda la línea, etc. 

A diferencia de las hernias, en el caso de la diástasis la fascia (tejido conectivo que envuelve los órganos) no está rota. 

La diástasis, además de ser un problema estético, puede ser un problema funcional que haga que nuestro abdomen no sea lo suficientemente competente para cumplir su función de contención y de gestión de presiones. 

Tanto hombres como mujeres pueden padecerla, pero es cierto que en el caso de la mujer, el embarazo aumenta exponencialmente la posibilidad de sufrir una diástasis. En el tercer trimestre de embarazo la presentan más del 60% de las embarazadas. 

Función de los rectos del abdomen y su relación con el suelo pélvico 

¿En qué intervienen los rectos del abdomen?

  • Mantener una posición erguida
  • Mantener a las vísceras en su posición 
  • Permiten la flexión de tronco (cuando se contraen ambos) y la inclinación (cuando se contrae solo uno de ellos)
  • Actúan durante la respiración limitando la inspiración y favoreciendo la espiración. 

¿Y cuál es la relación con el suelo pévico?

El suelo pélvico no actúa de manera individual, trabaja en conjunto con el diafragma, la columna lumbar y la pared abdominal, todos ellos tienen que trabajar de una manera conjunta para poder cumplir sus funciones. Si uno de ellos falla, repercutirá en el resto. 

¿Qué me puede producir una diástasis?

  • Embarazo. Durante el embarazo el cuerpo de la mujer se tiene que ir adaptando para dejar espacio al bebé que va creciendo. Para que pueda haber un correcto desarrollo y crecimiento, los tejidos de la pared abdominal deben distenderse para dejarle ese espacio. También afectan las hormonas en la composición del colágeno, debilitando al tejido conectivo por el que está formada la línea alba. Los embarazos múltiples, el estado físico de la embarazada, el aumento de peso de la madre y el peso del bebé son factores de riesgo a tener en cuenta.
  • Parto. En partos donde la mujer ha tenido que pasar mucho tiempo pujando se puede dañar el tejido. 
  • Cesáreas. Puede haber una dehiscencia de rectos. Además, tras el corte de la musculatura abdominal durante la cesárea el tono se altera y el riesgo de diástasis aumenta. 
  • Aumento de peso.  El aumento de peso puede aumentar la presión en la cavidad abdominal y provocar que la línea media del abdomen se abra por ese aumento de tensión. 
  • El pasado obstétrico. Es importante tenerlo en cuenta porque puede ser un factor de riesgo (tiempo entre los embarazos, transcurso del parto, multiparidad, etc.) 
  • Actividad física. El trabajo abdominal puede aumentar la presión en la cavidad del abdomen, por lo que un trabajo abdominal excesivo o mal ejecutado puede traernos como consecuencia una diástasis.

¿Qué pasa si tengo diástasis? ¿Qué síntomas puedo tener? 

La diástasis, como hemos dicho anteriormente, no es solo un problema estético. La diástasis es un problema funcional. 

Depende de donde se haya producido la lesión del tejido conectivo que forma la línea media (por encima del ombligo, por debajo, etc.) y de cuánto se haya lesionado, podremos tener un tipo de síntomas u otros. 

  • Dolor lumbar y disfunciones del suelo pélvico.Como ya hemos comentado anteriormente, el diafragma, la musculatura lumbar, el suelo pélvico y el abdomen están íntimamente relacionados. La diástasis puede alterar la postura, la faja abdominal no sujeta bien, la lordosis aumenta y esto provoca cambios mecánicos que pueden producir el dolor lumbar. Además, esta falta de fuerza en el abdomen, tiene una relación directa con nuestro suelo pélvico. Las presiones que se generan en la cavidad abdominal (tos, estornudos, risas, etc.) no se gestionan bien y recaen sobre la zona pélvica (tanto musculatura como vísceras) provocando situaciones como la incontinencia, el prolapso o el dolor pélvico. 
  • Inflamación abdominal y problemas digestivos. Puede producir un abombamiento a nivel del abdomen, malas digestiones, gases y estreñimiento. 
  • Hernias. La presencia de la diástasis es un factor de riesgo en la aparición de hernias de las vísceras abdominales. 

¿Cómo se si tengo diástasis?

¡Puedes comprobarlo tú misma! Aunque la manera de saber con certeza si tienes diástasis o no es tras la valoración realizada por un fisioterapeuta especialista que podrá confirmártelo. La manera más objetiva de saberlo es a través de una ecografía de la pared abdominal. Cuando la separación de los rectos es de más de 2,5 cm podemos considerar que existe una diástasis de rectos. 

¿Lo comprobamos?

  1. Túmbate boca-arriba sobre el suelo o una superficie estable, flexiona las rodillas y apoya la planta de los pies en el suelo. 
  2. Coloca las yemas de tus dedos en el centro del abdomen (en la línea media) primero por encima y después por debajo del ombligo. 
  3. Levanta la cabeza y los hombros ligeramente como si estuvieras haciendo un abdominal tradicional. 
  4. Mientras realizas el punto 3, cierra los ojos y concéntrate en lo que sientes bajo la yema de tus dedos. ¿Notas que hay separación entre los rectos derecho e izquierdo del abdomen? ¿Se hunden los dedos? Si es así es posible que tengas diástasis. 

Sea como sea si piensas que tienes diástasis acude a un profesional que te diagnostique y pueda ofrecerte un tratamiento adecuado para hacer que tu abdomen sea competente y funcional. 

¿Qué hago si tengo diástasis? ¿Puedo recuperarme al 100%?

Tener diástasis implica tener un cuidado especial en nuestro día a día, al hacer ejercicio, coger cargas, etc. Se trata de una lesión en el sistema músculo-esquelético por lo que vamos a poder tratarla y entrenarla con profesionales que la conozcan y puedan guiarnos. 

La evolución de la diástasis dependerá del punto del cual partamos. Habrá que tener en cuenta factores como la distancia de separación o la profundidad. 

Recuperarnos por completo es difícil de lograr y la recuperación dependerá de la situación inicial, del trabajo y la constancia, y de la implicación en el tratamiento. 

El primer paso será realizar una valoración que nos servirá para proponer un tratamiento y un entrenamiento adecuados. Habrá que trabajar y reeducar la musculatura profunda del abdomen. Poco a poco podremos pasar a capas más superficiales y fortalecer todo el conjunto abdomino-perineal y musculatura lumbar. 

Tener un profesional que nos guíe y nos oriente sobre cómo debemos hacer las cosas será fundamental en este proceso de recuperación. 

¡A tener en cuenta!

  • ¡Cuidado al hacer trabajo de abdomen! Deben enseñarte a realizar ejercicios abdominales correctamente evitando que se abombe la tripa y haya una hiperpresión al realizarlo. 
  • El estreñimiento tampoco nos ayuda, el esfuerzo que se realiza para el momento de la evacuación hace que aumente mucho la presión en la cavidad intra-abdominal. 
  • Dejar tiempo de recuperación entre embarazo y embarazo será fundamental. 
  • La calidad de los tejidos es muy importante. El sedentarismo, los malos hábitos alimenticios o el tabaquismo entre algunos otros, son factores a tener en cuenta ya que predisponen a tener una peor calidad de los tejidos. 

En los casos más severos será necesaria una intervención quirúrgica. 

En resumen, si crees que puedes tener diástasis, ponte en manos de profesionales que te orienten, haz ejercicio siempre controlado, proponte llevar hábitos de vida saludables, y recupera la funcionalidad de tu abdomen. ¡Hay que cuidarse!