INCONTINENCIA URINARIA, HABLEMOS DE ELLA.

Cuando nos enfrentamos a un problema de salud, nos surgen muchas dudas al respecto, en este post vamos a intentar solucionar algunas de las preguntas más frecuentes que existen alrededor de la incontinencia urinaria

Proceso normal de la micción.
  • ¿Qué es la incontinencia? 
  • ¿Es normal?
  • ¿Por qué me pasa? 
  • ¿Se puede mejorar? 
  • ¿Qué puede hacer la fisioterapia por mí? 

¿Qué es la incontinencia urinaria? ¿Es normal tener pérdidas de orina?

Empecemos por el principio. La incontinencia urinaria se define como la pérdida involuntaria de orina, la imposibilidad de retener la orina de forma permanente o transitoria. Aparece con más frecuencia en mujeres, pero la incontinencia no entiende de sexo ni de edad, existen personas jóvenes, o mujeres que no han sido madres que también la presentan. 

Los estudios de prevalencia indican que una de cada tres mujeres sufren pérdidas de orina. En los hombres, es más frecuente encontrarla en aquellos que han sido sometidos a una cirugía de próstata. 

Hoy en día, en nuestra sociedad, la incontinencia urinaria está más que asumida cómo un momento por el que toda mujer va a pasar, y hablamos de mujer, porque como ya he dicho, el mayor porcentaje que lo sufre es el sexo femenino. 

En la mayoría de casos, no solo la hemos asumido, sino que además la hemos normalizado. Y NO, la incontinencia urinaria NO ES NORMAL

La pérdida de orina no se trata únicamente de un problema higiénico y de saludafecta a la calidad de vida de quien la padece haciendo que cambie sus hábitos y rutinas. Además, en la mayoría de ocasiones afecta también al estado psicológico y puede tener repercusiones en las relaciones sociales. 

La incontinencia en sí, no es una enfermedad, es un síntoma, una señal de alarma que nos indica que algo en nuestro cuerpo no funciona correctamente y el sistema de continencia está fallando

¿Por qué me pasa?

La incontinencia puede producirse por un mal funcionamiento de la vejiga, del esfínter, del sistema nervioso central o de la propia musculatura del suelo pélvico. Dependiendo de donde esté el problema, el abordaje y el tratamiento variarán. 

Cuando hay un control normal de la micción, ocurre lo siguiente; la vejiga se va llenando y va aumentando su tamaño (tiene una capacidad de entre 300 y 500 ml.). Cuando está llena, la información se transmite al cerebro, a la región que se encarga del control de la micción, y entonces sentimos las ganas de orinar. Finalmente, y de manera consciente, tomamos la decisión de ir al baño y vaciar la vejiga. Si este proceso falla en cualquier punto de esta secuencia, podemos encontrarnos ante un problema de incontinencia urinaria. 

Función de la vejiga

¿Qué tipos de incontinencia existen?

  • Incontinencia urinaria de esfuerzo: Se produce al toser, reír, correr o al realizar cualquier acto que implique un aumento de presión a nivel abdominal, y por lo tanto aumente también la presión sobre nuestro suelo pélvico y nuestra vejiga.
  • Incontinencia urinaria de urgencia: Necesidad repentina e imperiosa de orinar. Las personas que la padecen, necesitan tener siempre controlado un baño cerca de ellas, ya que cuando les viene el deseo de micción deben ir  rápido porque no se pueden aguantar. 
  • Incontinencia urinaria mixta: En este caso, hay tanto sensación de urgencia miccional como pérdidas de orina relacionadas con los esfuerzos.  

Existen también incontinencias de origen neurológico (lesiones medulares, esclerosis múltiple, etc.), por rebosamiento, pérdidas durante el orgasmo, etc. Sea cual sea el origen, cualquier escape involuntario de orina se considera una incontinencia urinaria.  

La incontinencia, sea del tipo que sea, es muy frecuente en nuestra sociedad, y no por ello debemos normalizarla. Existen momentos a lo largo de la vida que hacen que nuestro suelo pélvico sea más vulnerable y que favorecen que este síntoma pueda aparecer. 

Situaciones como; el embarazo, el parto, la menopausia, los desgarros a nivel pélvico, la obesidad, las cirugías pélvicas y abdominales, la edad, ciertas enfermedades que afectan al sistema nervioso o al sistema digestivo, las enfermedades de transmisión sexual (ETS) o el sedentarismo, son factores de riesgo muy importantes a tener en cuenta en la aparición de la incontinencia. Además factores como la situación personal y social (personas con dificultad para desplazarse, situaciones de mucho estrés, etc.) o el consumo de ciertos medicamentos (diuréticos, antidepresivos, opiáceos, etc.) también pueden ser determinantes en la aparición de la misma. 

¿Se puede mejorar?

La respuesta es , se puede mejorar e incluso puede llegar a desaparecer.

¿Qué hago si tengo pérdidas de orina?

Mi recomendación es que acudáis  a profesionales formados que puedan guiaros y orientaros. Es importante hacer una buena valoración para saber cuál es la causa de la incontinencia y así poder realizar el tratamiento adecuado. 

¿Qué puede hacer la fisioterapia por mí?

Desde la fisioterapia de suelo pélvico podemos a ayudarte. Se realiza una valoración clínica y una exploración física. No solo se mira el suelo pélvico, también es importante el estado de nuestro abdomen, diafragma y nuestra postura global. En función de lo obtenido en la valoración se realiza un plan de tratamiento específico para cada caso.  Se trabaja la musculatura del suelo pélvico para mejorar la calidad de los tejidos y regular el tono muscular, además, se enseña a realizar una buena gestión de las presiones a nivel abdominal para evitar que se produzcan grandes aumentos de presión en el periné y por tanto, sobre nuestra vejiga. 

El objetivo del tratamiento es evitar que se produzcan estas pérdidas a través de la reeducación y los cambios de hábito. Es fundamental tener herramientas para incorporar en el día a día, cambios en los hábitos y rutinas para que pueda mejorar la calidad de vida y se pueda llevar una vida con la mayor normalidad posible. 

Resumiendo….

Si tienes pérdidas de orina acude a un profesional que te ayude y te dé herramientas para mejorar. Trabaja con tu cuerpo, se consciente de tu problema y modifica tu entorno, cambiando hábitos y creando nuevas rutinas (consumo de líquidos, cuidar la alimentación, evitar consumo de excitantes, etc.) que te ayuden a corregir los factores que facilitan su aparición. La higiene en estos casos es fundamental para reducir el riesgo de infecciones. 

Y si no tienes pérdidas, haz trabajo de prevención, no olvides tu suelo pélvico, trabájalo y cuídalo para evitar futuras complicaciones.

No te avergüences, la incontinencia urinaria es un problema habitual, no eres la única persona que la padece.  Además, en la mayoría de los casos, tiene solución. Es importante quitarnos el tabú y hablarlo de manera abierta con personas que nos entiendan y nos puedan ayudar. ¡No te conformes, afronta el problema y ponle solución!