MASAJE PERINEAL ¿QUÉ ES?

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¿Qué es el masaje perineal? ¿Porqué hacerlo? ¿Solo se puede realizar durante el embarazo?

Antes de hablar del masaje perineal vamos a situarnos un poco. Recordemos qué es el suelo pélvico

El suelo pélvico es un conjunto de músculos y ligamentos que se encuentran en la base de la pelvis. Se trata de una zona móvil que tiene sus propias funciones (sostén, reproductiva, sexual y estabilizadora). 

Conocer nuestro periné, saber cómo está y mantenerlo en buenas condiciones es esencial para nuestra salud y nuestra calidad de vida. Cuidándolo podemos prevenir patologías, tener una mejor recuperación post-parto y solucionar otros problemas que afectan a nuestro suelo pélvico.

¿Qué es el masaje perineal? 

Masaje Perineal

Se trata de un masaje realizado en la zona del periné. Es una técnica que ayuda a estirar los tejidos de la zona y los hace más distensibles

Siempre lo relacionamos con el momento del parto pero no es el único momento de nuestra vida en el que podemos realizarlo. El cuidado del periné debe estar siempre presente

Antes de empezar a realizarlo será necesario saber cómo está la musculatura perineal. Si el tono es normal, está hipertónico (el tono es mayor que el habitual) o por el contrario, está hipotónico (el tono está por debajo de lo normal). Depende de lo obtenido en la valoración se determinará si el masaje perineal es una técnica indicada o no. 

Este masaje no debe ser doloroso, es posible que notes una sensación de presión y estiramiento que puede resultar extraña e incluso un poco incómoda en algunas ocasiones, pero en ningún caso debe producir dolor. 

El masaje se puede realizar tanto interno como externo. En la parte externa trabajaremos toda la zona de alrededor de la vagina, profundizando en la zona que queda entre el ano y la vagina y en la zona interna, haremos  presiones, flexibilizaremos y estiraremos la musculatura. 

Masaje perineal y conciencia genital

El masaje perineal es una forma de que la mujer se toque, se explore y se conozca, reconozca sus genitales, por dentro y por fuera. El masaje es una buena técnica de autoconocimiento, un buen momento para mirarse, mimarse y conocerse. 

Conseguir educar a las pacientes para tener una buena conciencia corporal, y en concreto genital, es fundamental para poder realizar un buen tratamiento y conseguir una correcta evolución. 

La conciencia genital no es innata, debemos aprenderla. De hecho, desde un punto de vista tanto social como cultural nunca se ha enseñado a crear esta conciencia. El suelo pélvico siempre ha sido tratado como un tema tabú del que no se puede o debe hablar. Conocer el suelo pélvico y sus funciones es esencial para poder trabajar con él, saber cómo está y prevenir cualquier problema que le pueda suceder. 

Por ello, el masaje perineal es una buena herramienta para el autoconocimiento.

Masaje perineal y embarazo 

Durante el embarazo, comenzaremos con el masaje perineal a partir de la semana 32-33. Se prepara la musculatura y los tejidos que la rodean para el momento del parto, en concreto, durante el momento del  expulsivo. 

La evidencia científica dice que es una técnica válida para reducir el número de desgarros o episiotomías, lo cual no quiere decir que por hacerlo, no vayan a producirse. Hay situaciones que hacen que sea inevitable realizar una episiotomía o una cesárea de manera justificada por mucho que hayamos trabajado nuestro periné . 

El masaje no es contraproducente para el bebé. Te ayudará en la conciencia del periné como parte de tu cuerpo, te producirá nuevas sensaciones y puede ayudarte a llegar al parto con más confianza. 

Como te he dicho antes, valorar el suelo pélvico antes de comenzar a realizar el masaje para saber el estado de la musculatura será muy importante. Sea cual sea el diagnóstico, cualquier ejercicio de conciencia genital será beneficioso tanto en la preparación del parto como en la recuperación durante el postparto.   

Durante el embarazo no es imprescindible realizarlo, nuestro cuerpo está preparado para parir hagamos lo que hagamos. Aún así, es muy recomendable hacerlo, es una técnica efectiva que te ayudará a conocer tu suelo pélvico, y a preparar la llegada de tu bebé con más tranquilidad. 

¿Existen contraindicaciones?

Si estás con infección de orina, te duele al realizarlo, existe riesgo de aborto o cualquier otra complicación, consulta con un especialista como la matrona o el/la ginecólogo/a si puedes realizarlo o por el contrario, es mejor esperar. 

Cómo realizar el masaje perineal 

Para el momento de hacer el masaje perineal buscaremos un ambiente tranquilo y relajado, una situación cómoda que te permita concentrarte en ti y nada más. ¡Es tu pequeño momento!

Tanto si te haces tú el masaje como si te lo hace otra persona debemos tener en cuenta algunas pautas básicas de higiene:

  • Manos limpias
  • Uñas cortas

No existe una postura concreta para realizarlo, hazlo como te sientas más cómoda, de pie, sentada o tumbada, ¡Da lo mismo!.

Por último, utilizaremos o bien un lubricante de base acuosa o bien un aceite vegetal que nos hidraten bien. Existen varios que pueden utilizarse, aceite de rosa mosqueta, con aloe vera, etc. 

Os dejo una recopilación de cosas a tener en cuenta sobre el momento de realizar el masaje perineal:

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  • Se puede realizar sola o con ayuda de tu pareja
  • Lo ideal es que dure entre 5 y 10 minutos
  • Se puede realizar diariamente o en días alternos 
  • No debe doler
  • Mejor realizarlo con la vejiga vacía 
  • Posición cómoda y situación tranquila 
  • Usar aceite o lubricante de base acuosa 
  • Siempre, siempre, siempre con las manos bien limpias y las uñas cortadas. 

En resumen, podemos afirmar que el masaje perineal puede servirnos como forma de autoconocimiento y mejora de la conciencia corporal, cuidado del periné y herramienta a utilizar en la preparación al parto. 

Es momento de cuidarse: cualquier alteración de nuestro periné va a alterar nuestra calidad de vida, afectando nuestro estado físico y emocional. Hay que cuidarlo como cualquier parte de nuestro cuerpo, hacerlo visible, conocerlo y mimarlo.

DIÁSTASIS ABDOMINAL. QUÉ ES.

¿Sabes lo que es la diástasis abdominal? ¿Cómo se si la tengo? ¿Se puede corregir? ¡En el post de hoy vamos a solucionar todas tus dudas! 

La diástasis abdominal es una disfunción de la pared anterior  del abdomen que se produce cuando aumenta la separación de los músculos rectos del abdomen. 

Existe un tejido conectivo que mantiene unidos entre sí a nuestros rectos abdominales, cuando este tejido se daña puede aparecer la diástasis abdominal. Ésta no se produce siempre en el mismo lugar sino que puede ocurrir en distintos puntos de la línea alba  (línea media del abdomen), por encima del ombligo, por debajo, en toda la línea, etc. 

A diferencia de las hernias, en el caso de la diástasis la fascia (tejido conectivo que envuelve los órganos) no está rota. 

La diástasis, además de ser un problema estético, puede ser un problema funcional que haga que nuestro abdomen no sea lo suficientemente competente para cumplir su función de contención y de gestión de presiones. 

Tanto hombres como mujeres pueden padecerla, pero es cierto que en el caso de la mujer, el embarazo aumenta exponencialmente la posibilidad de sufrir una diástasis. En el tercer trimestre de embarazo la presentan más del 60% de las embarazadas. 

Función de los rectos del abdomen y su relación con el suelo pélvico 

¿En qué intervienen los rectos del abdomen?

  • Mantener una posición erguida
  • Mantener a las vísceras en su posición 
  • Permiten la flexión de tronco (cuando se contraen ambos) y la inclinación (cuando se contrae solo uno de ellos)
  • Actúan durante la respiración limitando la inspiración y favoreciendo la espiración. 

¿Y cuál es la relación con el suelo pévico?

El suelo pélvico no actúa de manera individual, trabaja en conjunto con el diafragma, la columna lumbar y la pared abdominal, todos ellos tienen que trabajar de una manera conjunta para poder cumplir sus funciones. Si uno de ellos falla, repercutirá en el resto. 

¿Qué me puede producir una diástasis?

  • Embarazo. Durante el embarazo el cuerpo de la mujer se tiene que ir adaptando para dejar espacio al bebé que va creciendo. Para que pueda haber un correcto desarrollo y crecimiento, los tejidos de la pared abdominal deben distenderse para dejarle ese espacio. También afectan las hormonas en la composición del colágeno, debilitando al tejido conectivo por el que está formada la línea alba. Los embarazos múltiples, el estado físico de la embarazada, el aumento de peso de la madre y el peso del bebé son factores de riesgo a tener en cuenta.
  • Parto. En partos donde la mujer ha tenido que pasar mucho tiempo pujando se puede dañar el tejido. 
  • Cesáreas. Puede haber una dehiscencia de rectos. Además, tras el corte de la musculatura abdominal durante la cesárea el tono se altera y el riesgo de diástasis aumenta. 
  • Aumento de peso.  El aumento de peso puede aumentar la presión en la cavidad abdominal y provocar que la línea media del abdomen se abra por ese aumento de tensión. 
  • El pasado obstétrico. Es importante tenerlo en cuenta porque puede ser un factor de riesgo (tiempo entre los embarazos, transcurso del parto, multiparidad, etc.) 
  • Actividad física. El trabajo abdominal puede aumentar la presión en la cavidad del abdomen, por lo que un trabajo abdominal excesivo o mal ejecutado puede traernos como consecuencia una diástasis.

¿Qué pasa si tengo diástasis? ¿Qué síntomas puedo tener? 

La diástasis, como hemos dicho anteriormente, no es solo un problema estético. La diástasis es un problema funcional. 

Depende de donde se haya producido la lesión del tejido conectivo que forma la línea media (por encima del ombligo, por debajo, etc.) y de cuánto se haya lesionado, podremos tener un tipo de síntomas u otros. 

  • Dolor lumbar y disfunciones del suelo pélvico.Como ya hemos comentado anteriormente, el diafragma, la musculatura lumbar, el suelo pélvico y el abdomen están íntimamente relacionados. La diástasis puede alterar la postura, la faja abdominal no sujeta bien, la lordosis aumenta y esto provoca cambios mecánicos que pueden producir el dolor lumbar. Además, esta falta de fuerza en el abdomen, tiene una relación directa con nuestro suelo pélvico. Las presiones que se generan en la cavidad abdominal (tos, estornudos, risas, etc.) no se gestionan bien y recaen sobre la zona pélvica (tanto musculatura como vísceras) provocando situaciones como la incontinencia, el prolapso o el dolor pélvico. 
  • Inflamación abdominal y problemas digestivos. Puede producir un abombamiento a nivel del abdomen, malas digestiones, gases y estreñimiento. 
  • Hernias. La presencia de la diástasis es un factor de riesgo en la aparición de hernias de las vísceras abdominales. 

¿Cómo se si tengo diástasis?

¡Puedes comprobarlo tú misma! Aunque la manera de saber con certeza si tienes diástasis o no es tras la valoración realizada por un fisioterapeuta especialista que podrá confirmártelo. La manera más objetiva de saberlo es a través de una ecografía de la pared abdominal. Cuando la separación de los rectos es de más de 2,5 cm podemos considerar que existe una diástasis de rectos. 

¿Lo comprobamos?

  1. Túmbate boca-arriba sobre el suelo o una superficie estable, flexiona las rodillas y apoya la planta de los pies en el suelo. 
  2. Coloca las yemas de tus dedos en el centro del abdomen (en la línea media) primero por encima y después por debajo del ombligo. 
  3. Levanta la cabeza y los hombros ligeramente como si estuvieras haciendo un abdominal tradicional. 
  4. Mientras realizas el punto 3, cierra los ojos y concéntrate en lo que sientes bajo la yema de tus dedos. ¿Notas que hay separación entre los rectos derecho e izquierdo del abdomen? ¿Se hunden los dedos? Si es así es posible que tengas diástasis. 

Sea como sea si piensas que tienes diástasis acude a un profesional que te diagnostique y pueda ofrecerte un tratamiento adecuado para hacer que tu abdomen sea competente y funcional. 

¿Qué hago si tengo diástasis? ¿Puedo recuperarme al 100%?

Tener diástasis implica tener un cuidado especial en nuestro día a día, al hacer ejercicio, coger cargas, etc. Se trata de una lesión en el sistema músculo-esquelético por lo que vamos a poder tratarla y entrenarla con profesionales que la conozcan y puedan guiarnos. 

La evolución de la diástasis dependerá del punto del cual partamos. Habrá que tener en cuenta factores como la distancia de separación o la profundidad. 

Recuperarnos por completo es difícil de lograr y la recuperación dependerá de la situación inicial, del trabajo y la constancia, y de la implicación en el tratamiento. 

El primer paso será realizar una valoración que nos servirá para proponer un tratamiento y un entrenamiento adecuados. Habrá que trabajar y reeducar la musculatura profunda del abdomen. Poco a poco podremos pasar a capas más superficiales y fortalecer todo el conjunto abdomino-perineal y musculatura lumbar. 

Tener un profesional que nos guíe y nos oriente sobre cómo debemos hacer las cosas será fundamental en este proceso de recuperación. 

¡A tener en cuenta!

  • ¡Cuidado al hacer trabajo de abdomen! Deben enseñarte a realizar ejercicios abdominales correctamente evitando que se abombe la tripa y haya una hiperpresión al realizarlo. 
  • El estreñimiento tampoco nos ayuda, el esfuerzo que se realiza para el momento de la evacuación hace que aumente mucho la presión en la cavidad intra-abdominal. 
  • Dejar tiempo de recuperación entre embarazo y embarazo será fundamental. 
  • La calidad de los tejidos es muy importante. El sedentarismo, los malos hábitos alimenticios o el tabaquismo entre algunos otros, son factores a tener en cuenta ya que predisponen a tener una peor calidad de los tejidos. 

En los casos más severos será necesaria una intervención quirúrgica. 

En resumen, si crees que puedes tener diástasis, ponte en manos de profesionales que te orienten, haz ejercicio siempre controlado, proponte llevar hábitos de vida saludables, y recupera la funcionalidad de tu abdomen. ¡Hay que cuidarse!