Contraer un músculo parece sencillo, pero cuando mi cuerpo no responde correctamente y no reacciona a la función que pedimos deja de ser una tarea fácil y se convierte en un problema. Podemos ver cómo se contraen muchos músculos como un bíceps, un cuádriceps… Pero, ¿es igual de fácil cuando no lo vemos?, ¿Sabes si activas correctamente tu suelo pélvico? En el post de hoy vamos a hablar sobre la técnica del biofeedback.
¿Qué es el Biofeedback?
La traducción literal de biofeedback viene de BIO (palabra griega) que significa VIDA y FEEDBACK (palabra inglesa) que significa RETROALIMENTACIÓN. Este término se refiere a la facilitación de información a las personas sobre alguna parte del cuerpo, no asequible para ellas, por estar fuera de su conciencia, a través de un aparato electrónico u otras formas. De esta manera, aquellas zonas de las que no somos conscientes podemos trabajarlas y aprender a controlarlas de manera voluntaria.
Por ello, el biofeedback puede ser una herramienta de gran ayuda para saber reconocer cuándo estamos contrayendo o relajando ciertas estructuras de nuestro cuerpo. Es muy interesante en zonas donde es difícil visualizar la contracción como pueden ser el suelo pélvico o el transverso del abdomen.
¿Cuáles son los objetivos generales del tratamiento con biofeedback?
- Tomar conciencia de la zona a trabajar
- Captar la actividad, registrarla y evaluarla.
- Adaptar el tratamiento adecuándonos a la situación del paciente.
¿Qué tipo de biofeedback existe?
En consulta, o en casa, se pueden utilizar diversas formas de biofeedback, algunas más precisas que otras, pero todas ellas útiles y adaptables a cada situación. En cualquiera de los casos, se trata de hacer las señales objetivables, medibles, visibles (o audibles) para el/la paciente, y que así sea consciente de su contracción y de su relajación y pueda controlarla de forma voluntaria.
- Palpación. En el caso del suelo pélvico, una manera de saber si lo estoy contrayendo es tocar, colocando la mano en la zona del periné. A veces no es fácil notarlo. No es una forma muy precisa de hacerlo, pero puede ser una buena opción. Además, recordemos que tocar aquellas zonas más desconocidas, nos ayuda a ir introduciéndolas en nuestra conciencia corporal, lo que hará más fácil trabajarlas.
- Espejo. También podemos visualizar el suelo pélvico poniendo un espejo en el suelo y viendo qué pasa cuando se contrae y se relaja. ¿Se mueve?
- Presión/ electromiográfico. A través de una sonda o electrodo, se mide la presión o la señal de la contracción de la musculatura. El movimiento que se realiza se visualiza en una pantalla y así vemos ese movimiento que generamos al contraer o relajar.
- Educator. Se trata de un aparato, como una sonda, que se introduce en la vagina y del cual sale una varilla larga. Al mover mi suelo pélvico y contraerlo y relajarlo, la varilla se mueve arriba y abajo, indicando así el movimiento que realizamos.
A día de hoy, hay aparatos de biofeedback que nos permiten detectar la contracción, cuantificarla y registrar los datos de manera muy objetiva y precisa.
¿Cuándo utilizaremos la técnica del biofeedback?
Esta técnica se puede utilizar en diferentes patologías que afectan al suelo pélvico y con objetivos distintos. Aquí os hablo de algunas de ellas:
- Pérdida de control sobre el suelo pélvico. Conciencia corporal y autoconocimiento. Sea cual sea el problema, o incluso aunque no lo haya, uno de los principales objetivos de esta técnica es la conciencia corporal. Ubicar la zona sobre la que vamos a trabajar y tomar conciencia de ella y de su estado es un muy buen punto de partida para la prevención o para cualquier tratamiento.
- Hipotonías. En aquellas patologías en las que el suelo pélvico no realiza bien su función (sostén, continencia…) debido a un bajo tono muscular (prolapso, incontinencias…). En estos casos, el biofeedback se utilizaría con el fin de mejorar el tono del suelo pélvico.
- Hipertonías. En estos casos, el objetivo sería hacer consciente al paciente del grado de contracción constante y trabajar la relajación. Se podría usar en patologías como dispareunias, vaginismo, dolor pélvico…
En la mayoría de los tratamientos de las disfunciones del suelo pélvico, el uso de esta técnica debe ir acompañado de otras (manual, diatermia…). Debe ser un tratamiento adaptado y personalizado en cada paciente acorde a la situación.
Biofeedback: ¿Qué ventajas tiene el uso de esta técnica?
- Evaluación objetiva de la evolución durante el tratamiento. La persona que os esté acompañando en este camino, puede llevar un control preciso y asegurarse de que el tratamiento que se sigue es el correcto en vuestra situación.
- Facilita el aprendizaje, ayuda a ubicar la zona que hay que trabajar y reconocer cuáles son sus músculos perineales, aislar la contracción del suelo pélvico sin necesidad de activar otros grupos musculares (abdominales, glúteos, aductores…).
- Es un buen refuerzo positivo y motiva a las/los pacientes a superar los objetivos que se van marcando cada semana ya que pueden ir comprobando los resultados.
A día de hoy, existen muchos estudios que avalan la eficacia del tratamiento con biofeedback. Por ello, el uso por parte de los profesionales de esta técnica en los tratamientos de fisioterapia, es muy común (¡No solo en suelo pélvico!). Existen muchos aparatos distintos de precios y marcas diferentes (Epi-no, Perifit, Elvie, Neurotrac…) que cualquiera puede comprar para tener en casa (aunque yo antes os recomendaría pasar por un especialista que os valore y os informe).
¿Tú has probado alguna vez esta técnica? ¿Te ha funcionado? ¡Contadme vuestras experiencias!
Espero que te haya gustado el post de hoy y que no dudes en preguntar cualquier cuestión que pueda surgirte. ¡Compártelo si crees que puede servir de ayuda para alguien que conozcas!
¡Muchas gracias por leer!