Vibradores, más que un juguete sexual

¿Tienes vibrador en casa? ¿Lo utilizas? ¿Hablas sobre ellos con tu círculo de amigos/as, o sigue siendo un tabú? Ha llegado el momento de eliminar estos tabús, hablar de ellos y conocer cuál es su uso fuera de la esfera sexual. Los vibradores pueden ser un muy buen aliado terapéutico ¿Quieres saber más? ¡Te lo cuento en este blog!

Vibradores

Vamos a situarnos un poco en su historia…

El vibrador se asocia actualmente con un producto erótico. La realidad es que los vibradores fueron inventados a finales del siglo XIX como herramienta terapéutica que usaban los médicos para tratar la «enfermedad» conocida como “histeria femenina”. Recordemos que la histeria femenina se relacionaba directamente con el deseo sexual femenino reprimido ¡Vaya barbaridad!.

¿Y cuándo se convirtieron en un juguete sexual?

Hubo dos motivos principales que alejaron los vibradores de su uso terapéutico:

  • A mitad del siglo XX la Asociación Americana de Psiquiatría declaró que la histeria femenina no era una enfermedad (¡Ya era hora!). 
  • La pornografía comenzó a tener una mayor difusión y en las películas se veía a las actrices utilizando el vibrador como un juguete sexual

Con estos dos hechos, la gente comenzó a ver los vibradores como una forma de masturbación (pese a que su uso para tratar la histeria era ese, masturbar a una mujer, en ese momento no se veía como tal, sino como una herramienta terapéutica para tratar una enfermedad).  Los vibradores pasaron a ser un objeto de lujuria y perversión sexual. 

*Como ya os dije en un post anterior, esta historia la cuentan en la película hysteria.

Vibradores en la actualidad, no solo como juguete sexual 

En la actualidad, desde la fisioterapia, utilizamos los vibradores en consulta como parte del tratamiento de diferentes disfunciones. Se lo enseñamos a la paciente para que se familiarice con su uso terapéutico y no exista tabú o barrera social que le haga rechazarlo como parte de un tratamiento. 

Hoy en día, sabemos que la vibración es una herramienta terapéutica muy útil con la que vamos a obtener grandes beneficios a nivel del suelo pélvico. 

Existen muchos vibradores con forma, intensidad y frecuencia distintos y dependiendo del objetivo de tratamiento y de la paciente que tengamos delante, utilizaremos uno u otro. Antes de utilizarlos, siempre es fundamental explicaros para qué vamos a utilizarlos y que nadie se sienta incómodo con la situación. 

¿En qué casos utilizaremos los vibradores?

  • En hipotonías y para mejorar el tono muscular. Dependiendo de donde esté el problema; a nivel del esfínter anal, la apertura vaginal, paredes vaginales, etc., utilizaremos vibradores distintos. En estos casos se pueden utilizar vibradores con intensidades más altas y que nos permitan cambiar las frecuencias. De esta manera podemos mejorar la calidad de nuestras relaciones sexuales, mejorar el aporte sanguíneo a la zona y mejorar la lubricación, entre otros beneficios. 
  • A nivel propioceptivo. Como herramienta para trabajar la propiocepción es un objeto estupendo que puede ayudarnos a conocernos mucho mejor. En muchas ocasiones a nivel terapéutico, es muy importante empezar por aquí. Para poder trabajar con nuestro cuerpo es indispensable tener una buena propiocepción, y a veces para eso, hay que trabajarla.
  • Cicatrices. Cuando hay cicatrices (siempre y cuando estas estén bien cerradas, interna y externamente) puede existir una alteración de la sensibilidad y zonas dolorosas. Se trabaja comenzando con intensidades más bajas que pueden ir subiendo poco a poco cuando se produce la acomodación del tejido.  
  • Relajar musculatura y trabajar zonas dolorosas. Vibraciones de bajas intensidades, suaves y mantenidas en puntos clave, pueden ser una buena forma de relajar el tejido e inhibir puntos dolorosos.
  • Problemas de sensibilidad. Cuando existen alteraciones de sensibilidad en la zona, como, por ejemplo, la anorgasmia (el clítoris es una zona que tiene muchas terminaciones nerviosas). El vibrador se utiliza para normalizar la sensibilidad y normalmente se trabaja comenzando por vibraciones de menor intensidad para poder progresar a vibraciones más intensas de forma gradual. 

No en todos los casos la aplicación de la vibración va a ser vía interna, se puede trabajar de manera externa igualmente dependiendo siempre de donde esté el problema y cuál sea el objetivo.

Entonces, ¿qué tipo de vibrador utilizo?

El tipo de vibrador dependerá del objetivo que queramos conseguir. Hay que adaptarse a las necesidades de cada paciente. El tamaño del vibrador dependerá de si lo vamos a utilizar vía interna o externa y en todos los casos es importante que tengan distintas intensidades y frecuencias que se pueden ir regulando para poder irse adaptando a los avances conseguidos. 

El material con el que están hechos debe ser hipoalergénico y de calidad y pueden utilizarse con lubricantes. 

Como veis, el uso de los vibradores es muy variado y existen a día de hoy infinidad de modelos y formatos que pueden servirnos y ayudarnos en nuestro proceso de recuperación. Además, los vibradores permiten el trabajo no solo en consulta sino también en casa, lo cual es muy importante para recortar el tiempo de recuperación. 

¿Debo hacer una valoración de mi suelo pélvico para utilizar un vibrador?

Por norma general te diría que NO (aunque siempre os recomiendo que valoréis vuestro suelo pélvico simplemente para saber cómo es su estado). 

Si crees que tienes alguna patología o disfunción en tu suelo pélvico, en este caso te diría que SI. Antes de utilizar nada como herramienta terapéutica, pasa por un profesional especialista en suelo pélvico y si tienes que utilizar vibrador como parte de la terapia, te enseñara cómo hacerlo.  

Los vibradores son una magnifica herramienta terapéutica y también son un maravilloso juguete sexual. Úsalos y disfrútalos. Los vibradores son una manera sencilla, e incluso a veces divertida, de tratamiento y tienen una buena efectividad.

¿Sabías del uso terapéutico de los vibradores? Espero que te haya gustado y te haya servido el post de hoy. 

¡Muchas gracias por leer!

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