En el blog de hoy vamos a hablar de menopausia, ese periodo presente en la vida de todas las mujeres sobre el que es tan importante estar informada. ¿Qué le pasa a mi cuerpo durante la menopausia? ¿Qué puedo hacer para cuidarme? ¿Puedo evitar sus consecuencias?
Menopausia
Lo primero, y más importante es saber que la menopausia NO ES UNA ENFERMEDAD. Se trata de un proceso natural y fisiológico, una fase del ciclo biológico en el cuerpo de la mujer. Es el fin de una etapa de la vida y el comienzo de otra.
Las mujeres somos cíclicas, no lineales. Nuestras hormonas cambian dependiendo del momento del ciclo en el que nos encontramos. La fluctuación de las hormonas nos afecta en el cuerpo y en el ánimo, y la menopausia es otra fase más de este ciclo.
La palabra menopausia hace referencia a una fecha concreta, la última vez que la mujer tuvo la menstruación. Sin embargo, el climaterio es el periodo de transición que sufre el cuerpo de la mujer, antes y después de la menopausia y que se puede prolongar durante años. En este proceso, el cuerpo de la mujer cambia, quizá no por fuera, pero si por dentro. Hay muchos cambios hormonales y es necesario un periodo de adaptación.
La menopausia suele aparecer entre los 45 y los 55 años, aunque como en todo, hay excepciones. Existen casos de menopausia precoz (antes de los 40). En estas mujeres, los ovarios dejan de liberar óvulos y pierden la capacidad de producir hormonas antes de lo considerado “normal”. Esto puede ser debido a anomalías genéticas, enfermedades, radioterapia, histerectomías…
¿Qué efectos tiene la menopausia en el cuerpo de la mujer?
Cuando llega la menopausia y se produce el cese de la actividad ovárica, hay alteraciones hormonales, una disminución importante en la producción de estrógenos y progesterona que afectan al cuerpo de la mujer. Los tejidos pierden calidad y aparecen signos y síntomas ya de sobra conocidos.
- Osteoporosis
- Cansancio, falta de energía
- Sofocos
- Pérdida de apetito sexual, disminución de la libido
- Sequedad vaginal, y con ello puede venir la dispareunia (dolor durante las relaciones sexuales)
- Cambios en el estado de ánimo (ansiedad, depresión…)
En esta etapa, tu cuerpo, tus articulaciones, tus huesos, tus músculos, tu cabeza, toda tú, necesitáis una atención especial. Es un momento para cuidarse, y cuanto antes empieces a hacerlo, mejor.
Menopausia y Suelo Pélvico ¿Qué relación tienen?
El suelo pélvico tiene una estrecha relación con la menopausia, y no debemos pasarlo por alto. Las variaciones en la producción de estrógenos afectan directamente al trofismo de los tejidos, haciendo que estos pierdan parte de la calidad que tenían. El tono, la fuerza y la elasticidad de los tejidos cambia y esto afecta directamente a la musculatura y los ligamentos que conforman el suelo pélvico. Con la llegada de la menopausia, aumenta el riesgo de sufrir disfunciones en nuestro periné.
Existen muchos factores a lo largo de la vida de la mujer que pueden alterar tu suelo pélvico como el embarazo, el parto, el deporte que hayas practicado, la edad, etc. Por lo que, cuando llega la menopausia, nuestro suelo pélvico es más vulnerable y si nunca lo hemos trabajado y sus condiciones no son las más óptimas me puedo encontrar ante disfunciones que, si no se tratan, con el paso del tiempo irán a más.
¿Qué disfunciones de suelo pélvico se pueden asociar a la menopausia?
Las disfunciones se asocian a la alteración del trofismo de los tejidos del periné debido a las hormonas. El cambio en los tejidos que forman el suelo pélvico puede alterar sus funciones de continencia y sostén, además de la esfera sexual y del placer.
- Incontinencia. Urinaria o fecal. Pérdidas de orina, gases o heces al hacer un esfuerzo (estornudar, reír, coger un peso…).
- Prolapsos. Caída de un órganos respecto de su posición habitual.
- Dispareunia. Dolor en las relaciones sexuales. Una de las causas puede ser la sequedad vaginal que aumenta en este periodo.
- Aumento de la actividad vesical. Aumento de la frecuencia de las ganas de miccionar.
¿Qué puedo hacer para cuidarme?
- Acude a tus revisiones ginecológicas y asegúrate de que todo está bien.
- Hazte una valoración del suelo pélvico. Busca especialistas en fisioterapia uroginecológica y hazte una valoración. No es necesario que tengas un problema para hacértela. Miraremos cuál es el tono y la fuerza de tu suelo pélvico y tu abdomen, observaremos tu postura, tu patrón respiratorio, lo que ocurre cuando toses, etc. Si hay algún problema trataremos de buscar la mejor solución posible adaptándonos a tus necesidades.
- Trabaja tu suelo pélvico. Aprende a contraerlo y relajarlo, a localizarlo y trabajarlo. Necesitas que tu suelo pélvico tenga la fuerza suficiente para poder cumplir con todas sus funciones.
- Trabaja tu abdomen. El suelo pélvico no trabaja solo y también necesita que tu abdomen sea competente y trabaje bien. Un buen trabajo en conjunto del suelo pélvico y el abdomen hará que tengas una buena gestión de la presión a nivel abdominal y esto es fundamental para no dañarlos.
- Respira. Utiliza de forma adecuada tu respiración. Suelta el aire cuando hagas un esfuerzo. ¿Alguna te has fijado en cómo respiras?
- Trabaja tu postura. Una postura correcta es necesaria para que haya un buen funcionamiento del CORE.
- Muévete, haz deporte. Evita la vida sedentaria. Haz el deporte que te guste, si tienes una disfunción adáptalo o aprende a realizarlo de una manera correcta, no lesiva. Si tienes dudas pregunta a tu entrenador/a o tu fisio para que te ayuden y te orienten. Siempre es importante mantenerse activa, pero en esta etapa más. Tus músculos y tus articulaciones necesitan nutrirse y moverse.
- Cuida tu peso. El aumento de peso aumenta el riesgo de aparición de disfunciones del suelo pélvico.
- Evita el estreñimiento y ten una buena postura defecatoria.
- Mima tu vulva. Ten una buena higiene íntima. Usa braguitas traspirables (de algodón), no uses salvaslips ni compresas, no laves tu vulva con jabón…
- Descansa. Duerme bien, recupérate después de hacer ejercicio, escucha tu cuerpo, hay veces que necesitamos parar para volver a empezar.
La menopausia no es algo que se pueda evitar, a todas nos llega en algún momento. Así que, no esperes a que llegue para cuidarte. Da igual la edad que tengas, cuida tu suelo pélvico.
¡Espero que os haya gustado el blog de hoy! Compártelo si crees que le puede ayudar a alguien.
¡Muchas gracias por leer!
Gracias por esta información tan útil para cualquier mujer.